Desde que en 2011 terminaran las reformas del Palacio de Cibeles (antigua sede internacional de la Unión Postal Universal), este edificio neoplateresco se ha convertido en uno de los puntos gastronómicos más visitados de la ciudad. Mientras que en su sexta planta el restaurante del afamado chef toledano Adolfo ocupa la casi totalidad del espacio, en su última planta nos topamos con la Terraza Cibeles, una azotea en la que emplazar nuestro aperitivo diurno o nuestras sobremesas más canallas y nocturnas. F: Cortesía de Terraza Cibeles

Ahora que llega el fin de semana no se nos ocurre manera mejor de disfrutar de estos días de asueto que con altura (trá-trá) y con unas vistas panorámicas de Madrid

Hay vistas y vistas y luego están las de la Terraza Cibeles. Y es que disfrutar, al mismo tiempo, la bella estampa madrileña que conforma la unión de las calles de Alcalá, Recoletos, Gran Vía y Paseo del Prado es una imagen que mucho tardarás en borrar de tu mente. Un planazo de altura donde, ya sea en mesas altas o bajas con cómodos sofás, disfrutar de ricos refrescos, licores, botellas de vino por copas, combinados y alguna opción de autor solo para los más sibaritas.

¿Quieres picotear algo? También existe esa posibilidad. Y es que su cocina ha dispuesto de una serie de tapas de lo más sencillo y variado para que tus planes sobre Madrid sean absolutamente redondos. ¿Qué te recomiendo? Las croquetas, las ostras, sus fresquitas ensaladas y las hamburguesas para los que tengan por estómago un siempre agradecido agujero negro.

Aquellos a los que el paladar les pide algo dulce, solo tendrán que decidirse entre sus buñuelos o la tarta de zanahoria o no hacerlo y decantarse por los dos y así compartir que… es vivir. Pocos bocados y tragos te sentarán mejor, alejados del mundanal ruido.