Rooster & Bubbles ha dado en el clavo: elevar el pollo a l’ast a la categoría de fancy acompañándolo con cava servido en las clásicas copas pompadour. Un crossover ganador si tenemos en cuenta que este restaurante, que también goza de servicio de delivery y take-away, está situado en Pla de Palau, en pleno barrio de El Born. La idea para parir tal cruce con éxito es de Marc Martínez, nieto de Joan Casas, también conocido como el inventor del pollo a l’ast. De casta le viene al galgo. F: Todas las imágenes cortesía de Rooster & Bubbles

Marc Martínez, el fundador de Rooster & Bubbles, es el nieto del inventor del pollo a l’ast

Joan es, de hecho, el responsable de que el Kikiriki de Hostafrancs esté facturando pollos desde 1964, un restaurante que a estas alturas se ha consolidado como el creador de la técnica a l’ast, perfeccionada tras un viaje a Berlín en el que descubrió la máquina de asar a fuego que todos conocemos hoy en día, y a la que decidió añadirle gas como motor. No es de extrañar, pues, que más de medio siglo más tarde su nieto abra un local igual de disruptivo en materia de guisos a l’ast, en el que ha decidido sumar distintas variantes al pollo como son el cordero, el cerdo, el pato y hasta la calabaza violín.

Rooster & Bubbles es la prolongación natural de una forma de entender el pollo a l’ast, añadiendo cordero, pato, cerdo y calabaza violín a la ecuación

Rooster & Bubbles se presenta como la prolongación natural de una forma de entender el pollo a l’ast, ese plato que tantos domingos nos ha alegrado a lo largo de la vida. Un guiso económico, fácil –siempre lo compras cocinado– y sabroso, que no defrauda y que une familias, grupos de amigos y también a alguna que otra alma resacosa y solitaria por igual desde la década de las minifaldas de Mary Quant y los trajes de tweed.

Las modas han cambiado, pero el pollo a l’ast sigue siendo un básico de nuestra gastronomía, al que ahora se le suman otros básicos de la dieta mediterránea como el cordero, el pato y hasta la calabaza violín. No en vano de muy joven Marc se mudó a San Francisco para estudiar en la Universidad de Berkeley, donde también ganó experiencia trabajando en empresas líderes en el sector de la alimentación orgánica.

Con el pollo a l’ast en su ADN vital, Marc Martínez abrió Rooster & Bubbles hace poco más de un año modernizando la rôtisserie de toda la vida. La saga perdura en un restaurante que cuenta con la máquina de rustir como eje vertebrador, aunque añade otras recetas igual de sabrosas como la ensalada de cordero o de cerdo, así como el sandwich de pollo. Otros platos dignos de mención como el canelón de pollo a l’ast conviven con croquetas o fingers para dar continuidad a una de las carnes favoritas de muchxs.

Como anécdota, es curioso saber que Manrtínez está supervisando el etiquetado de un cava que, como hizo su abuelo, se servirá en exclusiva en el restaurante. Puedes comer o cenar en Rooster & Bubbles a partir de 20€.