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Cata Márquez-Palacios

En este Greetings from, te traemos un nuevo destino que se sale un poco de la típica ruta europea. Si buscas una escapada trendy de fin de semana, Marrakech es el place to be. Esta ciudad te recibe con aromas a comino y cardamomo, mientras los vendedores esperan listos para regatear, eso sí, siempre después de invitarte a una taza de su característico té de menta. Los mercados de La Medina, llenos de coloridas especias, telares y alfombras bereberes, junto con puestos de dátiles y baklavas, convierten a esta ciudad amurallada en un verdadero oasis en el desierto.

Marrakech ha dado un giro de 360º desde la pandemia: ahora sus calles están repletas de boutiques y tiendas de diseño. Hace unos años, el rey de Marruecos impuso una ley para frenar el acoso a los turistas, convirtiéndose en un destino mucho más tranquilo. Sin embargo, no hay que olvidar que estás en otra cultura, donde el caos y el desorden forman parte del encanto pintoresco de la ciudad.

Por eso, síguenos en esta ruta donde nos sumergimos en el tremendo encanto de esta ciudad, tan cerca y a la vez, tan diferente.

Dónde dormir: el riad, la mejor opción

Para vivir la auténtica experiencia de la ciudad roja, lo ideal es hospedarse en un riad, normalmente escondidos entre las laberínticas calles de La Medina. Estos hoteles familiares, con pocas habitaciones, ofrecen vistas espectaculares y un trato muy personalizado. Algunos incluso cuentan con pequeñas piscinas y desayunos tradicionales.

Aquí te dejamos algunas de nuestras recomendaciones en el centro de La Medina, tradicionales, chic y con una excelente relación calidad-precio:

  • Riad Rafaele & SPA: Con habitaciones súper acogedoras y un trato tan cercano que te sentirás como en casa, este es el lugar ideal para desconectar después de un día intenso. Su jardín interior, lleno de plantas y fuentes, es de lo que más enamora a los visitantes.
  • Riad Luciano Hotel and Spa: Este riad es una joya en pleno corazón de la medina, que mezcla tradición árabe y arquitectura europea. Además, su spa tiene todo lo que necesitas para relajarte, incluyendo el famoso baño hammam.

Cultura en Marrakesh: desde las opciones imperdibles a joyas escondidas

Marrakech también es hogar de diseñadores y artistas increíbles. Además del impecable Museo de YSL,  el Jardín Majorelle, y el Jardín Secreto te recomendamos visitar:

  • El área de Gueliz, donde tendrás una vista de la moderna creatividad marroquí, con tiendas como Moro, un concept store que celebra el diseño local y la artesanía ancestral.
  • En la calle Dar el Bacha, te encontrarás con un sinfín de tiendas originales, galerías de arte y anticuarios, como Funky Cool Medina, la tienda del diseñador Fahd Al Marsaoui, donde artistas locales intervienen su colección de piezas vintage
  • Otro imperdible es la tienda del artista Hassan Hajjaj en Sidi Ghanem, un barrio que antaño se consideraba fuera de Marrakesh y ahora es una zona en pleno auge. Riad Yima es boutique y galería de arte, y allí podrás encontrar piezas únicas de Andy Wahloo apparel, la marca de ropa que lo está petando en Londres.

Dónde comer: los mejores bocados de Marrakesh

Y ahora, para los sibaritas: el mejor cuscús lo encuentras los viernes al mediodía en casa de un local, pero si no tienes esa suerte, puedes pasarte por Le Kilim. Este bar/cafetería, recién renovado y con un ambiente súper acogedor, es ideal para probar un popurrí de tapas marroquíes y pedir alguno de sus cócteles mientras sientes la vibra de Marrakech a través de sus ventanales.

L’mida, por otro lado, es parada foodie obligatoria. En el corazón de la medina, este restaurante fue construido en una casa tradicional de dos plantas con terraza diseñada por Noon Interior Studio. Con mesas de mármol blanco y asientos de ratán, combina un estilo moderno con toques tradicionales. Su cocina de fusión marroquí es un must, con platos frescos y abundantes perfectos para compartir. 

Y para disfrutar de los famosos sunsets de Marrakech, te recomendamos la terraza del Hotel El Fenn. Desde aquí, puedes ver la icónica mezquita, el zoco, las calles de la ciudad y hasta las montañas del Atlas. Este impresionante hotel, curado por su co-propietaria Vanessa Branson, es un centro de arte contemporáneo y sede de la Bienal de Marrakech. Nuestro consejo es que no te olvides de echarle un vistazo a su boutique store donde encontrarás el mejor trabajo de jóvenes diseñadores locales. 

Marrakesh y más allá

Si buscas un respiro del ajetreo de la Medina, el hotel Mandarin Oriental en Marrakech es el escape perfecto, a solo 15 minutos de la ciudad. Este lugar combina la majestuosidad de un palacio marroquí con la esencia de las tradicionales casas bereberes. Con sus jardines exuberantes decorados por fuentes, arcos y mosaicos, refleja a la perfección esa idea árabe de un paraíso en la tierra.  Te recomendamos su ¨day pass¨ que incluye acceso a las piscinas, un menú de tres platos, refrescantes limonadas y un masaje en su spa.

Otra manera de relajarte y conocer el desierto Marroquí es con una escapada de glamping en La Pause, un refugio ecoluxury en el desierto de Agafay donde podrás pasar la noche en una casa tradicional o en una tienda de campaña, donde la única luz proviene de las velas y lámparas de petróleo. Un plan ideal para desconectar, disfrutar del silencio y simplemente mirar las estrellas.

Para culminar este viaje por las mil y una noches, te compartimos un tesoro escondido solo para nuestros lectores: el Palacete Almorávide, en la Rue Sidi El Yamani. Este lugar, del que poco se ha escrito, alberga una colección privada de antigüedades de una familia local cuya identidad permanece en secreto. Aunque no se permiten fotos, vale la pena pasear por sus interiores y, sobre todo, no olvides mirar hacia arriba.