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  • By Ariana Díaz Celma
  • @good2bes

Sr. Antúnez, platillos refinados en una esquina con herencia

Sr. Antúnez, platillos refinados en una esquina con herencia

Hay lugares que guardan una memoria propia y hoy dedicamos unas líneas a uno que bien merece un lugar en Good2b. En la esquina de Neptú con Luis Antúnez, en pleno corazón de la Gràcia más señorial y aristocrática, esa memoria tiene nombre y apellidos: Sr. Antúnez. El nuevo proyecto del Grup Amicks recupera un espacio mítico para el barrio —el del antiguo Antúnez, que hace solo unos meses, y tras 15 años en marcha, bajó la persiana— y lo reinterpreta con una mirada contemporánea. La fórmula de cortesía que precede el nuevo Antúnez es además un tributo a la sofisticación del desaparecido Mrs. Browns, que también ocupó esta célebre esquina, y que se consolidó como local de moda entre la sociedad barcelonesa de alto copete durante los años 80, donde coincidirían figuras como Miguel Bosé, Sara Montiel o Lola Flores. Hoy, ese mismo chaflán vuelve a ser punto de encuentro. Sr. Antúnez resucita la esencia de la buena mesa y el producto de calidad, pero lo hace con una cocina actual, viva y sin etiquetas.

La propuesta gastronómica de Sr. Antúnez combina el refinamiento de un bistró con el alma informal de la barra mediterránea. Todo empieza con el pan, de masa madre, que llega directamente de Origo, acompañado de una mantequilla de shiitake y kombu elaborada para marcar el tono desde el primer momento. La carta sigue sorprendiendo con ‘platillos refinados’ -tal y como ellos mismos autodenominan sus recetas- con grandes clásicos del tapeo aunque con un guiño creativo y técnica bien afinada. La ensaladilla rusa (que aquí viene con gambas haciendo honor al primigénio Sr. Antúnez, el gobernador de Barcelona), las bravas con kimchi y allioli de ajo negro o el bikini de sobrasada con Mahón y huevo de codorniz son ejemplos de esa mezcla entre tradición y descaro que define la casa. Luego llegan los platos más elaborados, donde la temporada manda: un mousse de hígado de pato con panceta ibérica y verduras encurtidas o un puerro confitado con sabayón de Comté y vinagreta de estragón que demuestran que aquí se cocina con intención.

Los principales mantienen el nivel: el solomillo de vaca frisona al café de París -el hit absoluto de la carta- o la vieira con papada ibérica y crema de cebolla son puro confort elevado a la máxima potencia, aunque con pocas o ninguna ínfula. Otro de los platos estrella es el tartar de vaca frisona con mantequilla noisette de tuétano, mostarda de nectarina y chile. Un tartar que, como curiosidad, cambia la yema por tuétano y consigue una textura y una profundidad que sorprenden sin esfuerzo.

El final es dulce, pero sin exceso. La carta de postres se queda con lo esencial: una torrija con helado de nata y frutos rojos de Paralelo Gelato, una milhojas con nata infusionada en hoja de higuera y lemon curd. Todas ellas, son propuestas simples, precisas y hechas con mimo.

El recorrido continúa en la barra, donde los vinos naturales y de mínima intervención —por copa o botella— conviven con una escueta carta de cócteles de autor que refleja el sello Amicks: el Wet & Dirty, con cordial de piparra, o el Espresso Martini con caramelo de miso son dos buenos ejemplos.

Además, cabe tener en cuenta que desde ya Sr. Antúnez abre también al mediodía extendiendo así el horario nocturno que tantas alegrías ha dado a este restaurante, devolviendo la vida a una esquina que siempre fue sinónimo de encuentro.

El proyecto lleva la firma del siempre infalible Grup Amicks, con Martín Pimentel al frente, responsable también de espacios tan reconocibles en la escena barcelonesa como Bar Pimentel, V de Vermut, Casa Pepi y Culkin. Sr. Antúnez supone la aventura más elevada y exquisita del Grupo, que consigue un resultado excelente y que supone una auténtica declaración de intenciones. Comer o cenar en uno de los espacios con más historia de Gracia, te costará a partir de 40/50€, siempre dependiendo del apetito y la sed de cada comensal.