Si según caes en Chiclana de la Frontera te dejas caer por cualquiera de las mesitas de Manguita, buscando el mejor rebozadito, ¿por qué no hacerlo en la capital? Katsu se convierte en el templo de la fritura para amantes de la cocina japo que buscan ese «algo más» tan loco. ¿Contamos contigo?
Si ya nos dejó temblando en su apertura de Malasaña, Katsu vuelve a sumar enteros con su pequeño-gran local de la Castellana. Así, Rodrigo Yeh y Stephy Li mantienen su liderazgo con una propuesta que se salta esa extraña regla que solo de Japón nos llega ramen y sushi, para apostárselas al rebozado como especialidad nada grasienta.
Un verdadero jolgorio gastronómico que cuidan con mimo y mucho detalle, ofreciendo esa confort food que nos hace sentir como en casa y manteniendo en el el sando o sándwich su principal atracción, rebozándolo con alegría.
Comida callejera y deliciosos katsu sando (sándwiches de cerdo empanados con panko) es lo que encontrarás en este restaurante cuyas sobremesas no resultan para nada pesadas
Una especialidad cuya inspiración nos lleva a Osaka y a lo mucho que disfrutó la pareja entre aquellas creaciones tan completas como potentes en su sabor y cuyas texturas se nos hacen tan apetecibles que crean adicción. Propuestas siempre crujientes, siempre en su punto con materias primas a las que no se le puede poner ni un solo, que con esta técnica culinaria han hecho que ya sean muchos los que hagan cola a las puertas del restaurante para saber a qué sabe eso que pinta tan bueno.
De este modo, no deberías resistirte a la capacidad casi hipnótica del Katsu Sando, estrella de la casa, al Hanbâgu Sando (a base de doble hamburguesa de ternera al estilo japonés con cebolla picada y salsa Pikachu) o al Ebi Katsu Sando (pastel de langostino empanado con panko, repollo, masago y salsa taru taru), totalmente delicioso. Para seguir, nada como comprobar lo bueno que es su karaage (pollo marinado y bien crunchy) o sus smash gyozas de vegetales, pollo o ternera.
Un verdadero festín tan auténtico que cuesta dejar de masticar, pero que invita a que vuelvas a reservar para saludar, de nuevo, a Yeh y a Li, que estarán encantadísimos de volver a ofrecerte la misma placentera experiencia. Ojos en blanco, fundido a negro.