Los sancugateños hace tiempo que saben que si quieren picar buenos pintxos en un ambiente amable y distendido deben ir al restaurante Telefèric, un clásico de la zona. Los fanáticos de la cultura lo tienen aún mejor, pues de sus paredes cuelgan cuadros que repasan la historia pictórica del país y que no hacen ascos a artistas como Picasso o Miró. Instaurar un espacio así de mítico cuesta alrededor de 20 años, los necesarios para abrir su primera sucursal en Barcelona sabiendo lo que se traen entre manos. Puede que no sea el local más tendencioso de la zona, pero sí una buena opción para parar y recargar pilas a cualquier hora del día, pues su cocina funciona de forma ininterrumpida. Eso sí, es imprescindible que el comensal sea fan de la comida vasca y de los ingredientes de toda la vida. 

Si tienes dudas a la hora de escoger los pintxos adecuados, te comentamos cuáles son los ganadores. Es imprescindible probar el de foie cararamelizado a la plancha con manzana (2,5 euros), el de atún marinado estilo sashimi (4,55 euros), así como la croqueta de bacalao con crema de ceps (4,55 euros). Si picar te sabe a poco, el plato estrella es el solomillo laminado vasco con pimiento del piquillo navarro. Se recomienda dejar algo de apetito para los postres, pues son dignos de mención. Otra vez, te recomendamos los imperdibles: el chocolate amargo de trufa deshecho con dos bolas de helado de grosella y fresa y el llamado Montserrat, que se traduce en un flan de mató con fresa rallada y dos bolas de helado de dulce de leche.

El sistema de precios es fácil, pero es necesario saberlo. Para que llegues y vayas al grano sin necesidad de preguntar, te comentamos cómo funciona. Los pintxos que van con lazos -el palillo más simple- cuestan 1,45 euros, la bolita roja 1,85, el palo de golf 2,50, la brocheta 2,85 y el tambor rojo 4,55. Así de sencillo. 

Comer bien en el Telefèric es posible por entre 15 y 20 euros.