Matías Aguayo: «La música empieza a existir cuando otros la escuchan»
Matías Aguayo nació en Chile, pero hace ya años que Alemania le adoptó para sentar cátedra de una electrónica muy personal, cargada de congas y sensualidad, a este lado del Atlántico. Es una de las referencias más visibles del sello alemán Kompakt desde 2000 -primero como Closer Musik junto Dirk Leyers para hacerlo como Matías Aguayo más tarde-, en el que se posiciona como una bocanada de aire fresco a base de sus habituales ritmos latinos con vocales y mucha percusión. Es también fundador del sello y colectivo Cómeme, junto a sus partners in crime Rebolledo y Maloso. Esta noche estará pinchando en la Sala Razzmatazz para celebrar sus 14 años en el sarao #lode2manydjs, donde los hermanos Deawale han comisariado un fin de semana entero que se presenta a modo de festival. Hemos aprovechado la ocasión para entrevistar a Aguayo y parece ser que no somos los únicos, puesto que nuestros amigos de Playmoss acaban de publicar un Good Fridays imperdible donde confiesa los 10 temas que escucharía un día cualquiera en su casa. Aprieta play y sigue leyendo…
A lo largo de los años te has desmarcado de la escena de Dj’s de electrónica por tus sesiones. Te podemos ver cogiendo el micro sin complejos o improvisando percusiones por encima de una base. ¿Crees que a menudo la figura del Dj se toma demasiado en serio y arrogancia?
No puedo juzgar la postura de otros Dj’s. Si hablo desde mi punto de vista, puedo decir que la parte vocal e instrumental surge de mi propia pasión por tocar. Soy músico y me parece lógico introducir partes más improvisadas. Cuando tengo un bolo, quiero divertirme, disfrutar y transmitirlo al público. Festejar con la gente que viene a verte es más inspirador que quedar al margen. El Dj está siempre en la cabina en una posición de poder, pero creo que lo mejor es comunicarse con el otro lado. El Dj no sólo tiene que hacer bailar a la gente, sino también crear una atmósfera comunitaria.
Eres chileno con base en Alemania. Dinos, ¿de dónde viene tu afición por las congas, la percusión y los ritmos latinos?
Tiene que ver con mi amor a la música de una manera muy abierta. En mis composiciones se adivinan ritmos latinos, pero también muchas otras influencias, como la música que escuchaban mis padres tipo Víctor Jara, por ejemplo, así como salsa y música tropical. Después de empaparme de sonidos chilenos, fui a vivir a Perú, donde empecé a ir a conciertos de música negra del país. A esto hay que añadirle el hecho de que siempre me gustó bailar. La percusión y los ritmos te llevan al baile de forma muy clara, te hacen mover los hombros, la cintura y todo el cuerpo. Es algo que también sucede con el house, un género con fuertes influencias latinas. Podemos decir que lo que me fascina es componer temas que creen este diálogo entre la música y el baile.
¿Cómo definirías, bajo tu punto de vista, la música de baile?
La música de baile está vacía de información, hay espacio para rellenarla y ese es el deber del bailarín. Me gusta la música en la que la base rítmica te dice algo y tienes que terminar de crear el contenido con el baile.
La música de baile está vacía de información, hay espacio para rellenarla y ese es el deber del bailarín
Dentro de la ola de Dj’s de origen chileno que triunfan en Europa como Villalobos o Luciano, has tenido una trayectoria bastante independiente, no sólo como Dj sino dentro de Kompakt, ¿se debe a una historia de amor-odio con la industria?
Creo que se debe al hecho de que he vivido en muchos lugares: Chile, Alemania, Perú. Siempre he estado en contextos a los que no pertenecía del todo, tengo un trasfondo de inmigración que no te permite ser de un lugar al 100%. Por ejemplo, no me siento del todo alemán, pero cuando vuelvo a Chile tampoco me siento de ahí. Cuando llegué a Alemania era un bicho raro: escuchaba música que otros no escuchaban y me acostumbré a que importara poco lo que la otra gente decía. Es una postura distinta a la que muchos tomarían, pero ser fiel a lo que te gusta me parece una forma linda de mantener un halo de infancia.
Entonces, ¿podemos decir que Matías Aguayo de niño era similar al que estamos entrevistando ahora?
Podemos decir que sigo haciendo lo mismo que a los 12 años. Grabo música extraña con aparatos, aunque ahora lo hago con herramientas más evolucionadas.
La música hace que se creen constelaciones con gente con la que tienes algo en común
Cuéntanos ahora cómo surgió tu alianza con Maloso y Rebolledo en Cómeme…
Es algo mágico. La música hace que se creen constelaciones con gente con la que tienes algo en común. Lo que nos une no es un género, sino un espíritu, una onda: no querer formar parte de algo que es lo mismo. Cómeme nace del espíritu de libertinaje en la música de baile. A Maloso, Rebolledo y a mí nos gusta la música para bailar arriesgada. Todos tenemos temas que si no pones en el momento justo puedes cagarla, pero si aciertas el tempo se convertirá en algo inolvidable el resto de la vida.
Son bastante sonadas tus colaboraciones, sobre todo porque son atípicas. De remezclas varias a poner vocales a un tema de Battles. ¿Cómo decides con quién trabajar y cómo abordas el tema? Tu forma de trabajar es bastante particular…
Siempre busco desafíos y nuevas experiencias en las colaboraciones. En el caso de Battles, por ejemplo, me gustaba el hecho de poner vocales a un tema instrumental que no era electrónico. Poner voz a un track de techno es demasiado fácil, no me interesa. En general, cuando se trata de colaborar, me gusta tener un lenguaje abierto, no me gusta hablar un idioma o dialecto que sólo cierta gente pueda entender. Uno se tiene que abrir para poder comunicarse. De la misma forma, creo que es súper importante tener a tu alrededor a gente muy distinta, de distintas edades y gustos. El resultado es brutal: llegas a personas que no tienen nada que ver contigo, no me interesa llegar sólo a los que van a raves a escuchar música electrónica a 123-127 bpm, quiero tener un público heterogéneo.
No me interesa llegar sólo a los que van a raves a escuchar música electrónica a 123-127 bpm, quiero tener un público heterogéneo
¿Te gusta más trabajar solo o acompañado? En tu último Ep no tienes ninguna colaboración…
Todo tiene su momento. Mi último Ep se podría definir como un trabajo más de autor e introspectivo. Pero incluso en este caso busco el consejo de otros. Lo cierto es que no podría vivir sin colaborar con otra gente, es lo que más me gusta. Lo veo en Cómeme, donde me involucro mucho en la música de los otros artistas. Les ayudo a hacer su música y me encierro con ellos en el estudio. Estoy presente en mucha música en la que no aparezco. Hace poco, por ejemplo, también salí de gira con Los Monstruos, una banda de Chile, y me lo pasé igual de bien. Es importante estar rodeado de gente porque la música empieza a existir cuando otros la escuchan.
Prohibirías…
En términos musicales, nada.
Nunca pensabas que terminarías…
Haciendo todo lo que hago. Cuando empecé haciendo música nunca pensé que llegaría a vivir de ello. Tampoco era mi anhelo, nunca pensaba que me llamarían para tocar o pinchar en sitios. Es algo loco y bonito a la vez.
Para ti ser Good2b es…
Poder estar en la cama de vez en cuando.
*Special thanks a Izaro Bo por su aportación