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Good2b team

Sobrevivir a otro Primavera Sound significa estar al límite de tus fuerzas, al borde del colapso físico y emocional, es tener que coger un taxi en el portal de tu casa para llegar a la oficina de la que te separan escasos 15 minutos que habitualmente tomas como un agradable paseo y que de pronto hoy te parecen una tortura inhumana, algo insoportable, tu cuerpo se niega a caminar, ¡se acabó! ¡Ya no más!

Sólo hay algo peor que la depresión post-vacacional, y es el síndrome post-festival

Sólo hay algo peor que la depresión post-vacacional, y es el síndrome post-festival. Los que habéis estado allí, sabéis de lo que hablamos. Pero una vez frente al ordenador, haciendo este ejercicio de recapitulación, recordando los buenos momentos (y los no tan buenos, ¡no olvidemos cuánto nos va la marcha!), una tremenda nostalgia nos embarga el alma y sólo podemos empezar a contar los días que faltan para el #ps16 (36o y algo para ser exactos). Mientras aterrizamos en la cruda realidad y empezamos a imaginar qué nos deparará el próximo Primavera Sound, qué se inventarán para anunciar el line-up, cuáles serán los cabezas de cartel, qué nuevos grupos se convertirán en nuestros imprescindibles y quiénes protagonizarán el comeback más sonado, os dejamos con este repaso de cómo hemos vivido el Good2b team esta decimoquinta edición del #bestfestivalever que como cada año vuelve a ganarse el título a pulso.

  • Ante todo y por encima de todo, estamos felices de que este año la meteorología se haya portado y de no haber asistido a una tercera entrega del Primavera Sound Winter Edition. No sabemos si tenemos que agradecérselo a Mario Picazo o a la bendita providencia pero poder lucir cacha y dejar aparcado el estilismo cebolla (varios millones de capas de ropa para hacer frente a todo tipo de temperaturas y condiciones adversas) es un gustazo. ¡Oh, yeah!
  • Hemos comenzado un change.org para que Julian Casablancas entre en rehab urgentemente y, de paso, se deje asesorar en una peluquería mínimamente decente. A pesar del despliegue de temazos que suponía la reunión de The Strokes, más allá de la emoción y los bailes provocados por hits como su ya mítico ‘Last Nite’, el concierto de los neoyorquinos nos dejó bastante fríos. Ay Julian, ¡quién te ha visto y quién te ve!
  • Con su peculiar sonido a medio camino entre el pop y la electrónica y un espectáculo de visuales lisérgico, Panda Bear nos hizo arrancar el jueves flotando.
  • A falta de tickets para ver a Battles en el Heineken Hidden Stage (por lo visto fue abrir puertas del recinto y entrar corriendo ordas de zombies cual señoras el primer día de rebajas del Corte Inglés), nos fuimos a calentar motores con los sonidos desérticos del guitarrista nigeriano Mdou Moctar. Mantener una actitud openminded y permitirse descubrir grupos nuevos es bien.
  • Primeros bailes y sonrisas del jueves con el ‘Get Along’ de Mikal Cronin. La cosa empezaba a tomar forma y el californiano dejó claro por qué es la mano derecha de Ty Segall.
  • La forma de moverse sobre el escenario de Kelela. Qué piel, qué pelo, qué cuerpo, qué voz, qué flow, ¡qué todo! Nos encanta.
  • A pesar de ser una de las grandes bandas surgidas en los últimos tiempos parece que el directo de The Black Keys venía acompañado de una fea leyenda negra. No sabemos si es porque ya nos habíamos puesto en lo peor pero la actuación del dúo formado por Dan Auerbach y Patrick Carney nos sonó de maravilla y el momento de rotura de caderas colectiva con ‘Lonely boy’ no tuvo precio. Aunque damos fé que son más un grupo de disco que de directo, todo sea dicho.
  • En serio, ¿alguien fue a ver a Richie Hawtin?
  • Puede que James Blake ya no nos sorprenda pero no hay duda que el chaval sabe cómo ponernos a tono. Cinco años después de su debut homónimo, aún consigue subir varios grados la temperatura del Fórum con su ‘Limit to your love’.
  • Desde su estreno en el pasado Primavera Club, los británicos JUNGLE se han consolidado como una de las bandas más prometedoras y bailables del momento. Aún no hemos podido quitarnos de la cabeza el estribillo de ‘Busy Earnin’.
  • Es una evidencia: no hay nadie más cool que Andrew Weatherall.
  • Bueno, quizá en el Primavera Sound la que más se le acercó fue la madrina del punk, Patti Smith, que con su emocionante y poderosa interpretación del disco que la catapultó a la fama hace 40 años, ‘Horses’, nos recordó la responsabilidad que implica ser libres. Ni que decir que firmaríamos un pacto con el diablo para llegar a su edad con tan tremenda energía. RESPECT que se resume también en lagrimones de emoción más una constante piel de gallina durante su actuación.
  • Combativa y peleona como de costumbre, Kathleen Hanna se tomó unos minutos durante su actuación para leer el fanzine de Ladyfest Barcelona 2016: «La revolución será feminista o no será» y, por supuesto, se lió parda. Puede que ‘The Julie Ruin’ no sea su formación más brillante pero nos ha ilusionado volver a ver al icono del movimiento rrriot girl sana y en forma. Citándola textualmente: ‘it doesn’t stop at thirty!’ ¡La adoramos!
  • Pero para retornos antológicos, el de Sleater-Kinney. El trío de Portland remató una jornada eminentemente femenina y, como se suele decir, dejaron el pabellón bien alto. Tanto con temas nuevos como ‘No cities to love’, como con clásicos como ‘One Beat’, ‘Dig me out’ o ‘All hands on the bad one’, hicieron gala de una clase y poderío escandalosos.
  • El concierto de Ride fue un viaje en el tiempo, una inyección de nostalgia adolescente (y la oportunidad ideal de coger fuerzas para la actuación que le seguía, alt-J)
  • Jon Hopkins es de otro planeta, y no lo decimos por los hullahops luminosos que invadieron el escenario sino porque su live y la forma de entender la electrónica del británico nos transportan siempre a otra dimensión.
  • Las guitarras de Ratatat levantan a los muertos.
  • Y creo que aún no hemos hablado de estilismos y espontáneos. Las ya manidas coronas de flores, caretas de Punset, Madonna o Jordi Hurtado, disfraces de súper héroes, dinosaurios hinchables y la nueva moda de arrancar juncos y plantarlos en medio de la pista, volvieron a instalarse en todos los escenarios. El festival no sería lo mismo sin ellos.
  • La última jornada en el Fórum dió comienzo con lo más parecido a un rito chamánico que hemos experimentado en primera persona. Los Swans de Michael Gira nos ponían en órbita con dos horas de mantras instrumentales y apocalipsis sonoro del que salimos literalmente temblando.
  • Continuamos el sábado por el lado oscuro del Primavera Sound con el impecable directo de Einstürzende Neubaten. El ex-bad seed Blixa Bargeld nunca defrauda.
  • Sólo podemos describir las bases electro-punk pasadas de vueltas y los versos deslenguados de Sleaford Mods como descacharrantes.
  • ¡Queremos irnos de parranda con Mac DeMarco!
  • ¡Dan Deacon es el genio de la lámpara! Nadie como el neoyorquino para hacer realidad nuestros deseos, alzar nuestros espíritus, ponernos patas arriba (aunque muy organizadamente) y contagiarnos con sus melodías tan cañeras como buenrolleras. Nada como ponerse ‘Feel the lightning’ a todo trapo para superar la bajona post-festivalera.
  • A pesar de ser uno de los comebacks noventeros más esperados, no hubo nada de química en el concierto de las Babes in Toyland. Una pena, pero siempre nos quedará su glorioso ‘Nemesisters’.
  • El californiano John Dwyer sorprendió con un line-up de guitarra, bajo y dos baterías distinto de la habitual formación de su grupo, The Oh Sees, y ofreció dos conciertos (uno en el Fórum y otro en Apolo la noche del domingo) que revolucionaron al personal y nos hicieron sudar.
  • Run the Jewels y su mala leche hip hopera, que nos puso las pilas cuando amenazábamos con retirarnos del festival.
  • La carpa Bower & Wilkins como refugio entre horas de un festival cuando el line-up no daba más de sí. Especial mención a Daphni, que abarrotó la primera hora del sábado con la que podemos predecir fue la mejor sesión de Dj del festival.
  • Underworld y su capacidad para demostrar que con nuestra generación se terminaron las restricciones de edad para salir de fiesta. Quien haya sido un asiduo a los clubs durante los ’90 sabe de lo que hablamos.
  • Caribou pusieron el broche de oro a la última noche con ‘Sun’ y nadie como Dj Coco para despedir el festival a base de hits.

 

Photos © Cecilia Díaz Betz