10 motivos para ir al Melt! y meterlo en la cartera de festis imperdibles
Una edición ha bastado para saber que Melt! debe estar en el top 5 de festivales de cabecera según Good2b. Podríamos extendernos hasta el infinito para contar la grandeza de este festival con nacionalidad alemana, pero hemos hecho nuestro trabajo y hemos reducido a 10 los puntos por los que, tras esta edición, ya estamos planeando un 2016 en tierras meltinianas…
No te pierdas los 10 motivos por los que el Melt! es nuestro nuevo festival favorito del verano
1.- Su localización en la simplemente magnífica Ferropolis, aka ‘the city of iron’, un museo abierto de viejas máquinas industriales de mitad del siglo XX en Gräfebhainichen, una ciudad a medio camino entre Berlin y Leipzig en Alemania. Tommy Nick, su director, nos comentó que Melt! fue el primer festival en sentar campamento en dichas tierras y que, tras su éxito, otros han repetido operación. Y hablando de alojamiento y tiendas, su cámping no hace más que convertir el festival es un evento 100% genuino. No obstante, somos conscientes de que pasados los 30 la conjunción festival y cámping resulta algo arriesgada. Para aquellos que velan por las pocas horas de sueño que te brinda un festival, es posible alojarse en alguno de los pueblos contiguos, como por ejemplo Wittenberg. Los transfers están asegurados, lo que quizás no lo esté tanto son las horas de salida y algún que otro vacío que te ayudará a espabilar y buscarte la vida como nunca antes. Y, sino, que se lo cuenten al equipo de Good2b. Si el festival te sabía a poco, la vuelta a casa se predice día sí día también como una aventura asegurada. Y aquí ya sabemos que nos gusta el riesgo.
2.- El line-up. Simplemente una obra maestra, que sitúa el festival en el perfecto punto intermedio entre el Primavera Sound y el Sónar, aunque con clara intención electrónica. El festival nació hace ya 18 años como un evento eminentemente indie. Con los años, pero, nombres como Franz Ferdinand han pasado a ser parte del espectro mainstream, con lo que el Melt! se ha posicionado como un festival de pequeños nombres con personalidad. ¿Ejemplos? Jon Hopkins, Damien Lazarus -que venía con su espectacular proyecto The Ancient Moon-, Howling, Claptone -que aprobó con nota altísima su live- o Kink.
Kylie Minogue fue uno de los platos fuertes de un festival que, paradójicamente, huye del mainstream
3.- No obstante, si algo nos gustó del Melt! es su falta de complejos musicales. El festival no se avergüenza a la hora de colar grandes nombres en su cartel que abarrotan el escenario como ningún otro. Tal fue el caso de Kylie Minogue, que dio un increíble concierto en el que no faltaron sus hits de última generación, pero también aquellos por los que la conocemos. Y todo con un telonero de lujo, Giorgio Moroder, que si bien sirvió una sesión que seguramente defraudó a más de uno, bien merece el elogio de ser uno de los genios que han revolucionado la música de baile actual.
4.- Aplaudimos el hecho de tener escenarios curados, como era el caso del Melt! Selektor, un stage capitaneado por Modeselektor, que además operaron como maestros de ceremonias a los platos el viernes por la noche en lo que fue una de las mejores sesiones del festival. El espacio se convirtió en el refugio ideal cuando no había ninguna propuesta que tirara lo suficiente en el resto del recinto. Ahí disfrutamos por enésima vez de joyas como Jamie XX, así como de la sobriedad de Clark, el Dj set de Bonobo, los interesantísimos Funkstörung, el esperado y merecidísimo come back de The Orb, o el invento Siriusmodeselektor, que una vez más funcionó a la mil maravillas. Además, este escenario estaba al ladito de la zona VIP, un refugio en mayúsculas con sesiones de Dj’s amigos de la organización ídem. Muy a favor de cuidar así los rincones de descanso.
5.- La personalidad de los escenarios. El modelo copia/pega es algo que horroriza a la organización del Melt!, que cuenta con un equipo de producción lo suficientemente creativo como para crear un micromundo en cada zona del festival. Desde un escenario principal al uso -aunque sin pantallas, algo que echamos de menos en la inmesidad de conciertos como el de Kylie-, pasando por la coqueta carpa que alojaba Geminis, el particular mundo made in Pfadfinderei en el caso del Melt! Selektor, o la interesante propuesta de Big Wheel, el escenario de electrónica por excelencia, hecho por una pantalla de metros con una circunferencia perforada en el centro, donde se alojaba el Dj.
6.- Hablando de escenarios, es imposible hablar del Melt! sin hacerlo del Sleepless Floor, un espacio en la puerta del festival construido a modo de barraca y que nunca duerme. Su actividad empieza a las 06:00 del sábado y termina a las 12:00 del lunes. Un invento con el sello Berlin que mimetiza el público con un entorno salvaje y que regaló sesionacas como la de Job Jobse, Dj Tennis o The Black Madonna.
El escenario Sleepless Floor no duerme durante los tres días que dura el festival
7.- El atrezzo, la clave para hacer un festival homie y manejable. ¿Quién dijo caminatas? El recinto que ocupa el Melt! está tan sumamente cuidado que, una vez pasado el festival, es imposible recordar una sola excursión en vano. La decoración está tan sumamente cuidada y el espacio aprovechado que incluso cuesta volver a la dinámica de festival urbano a la tan acostumbrados estamos en Barcelona. Bolas de discoteca, luces, llamas y hasta pequeños escenarios con su propia programación convierten el recinto en familiar y de pequeño alcance.
8.- Llevar una chaqueta en el bolso. Seamos realistas, la ola de calor que azota el mediterráneo este verano nos tiene knockeados. Se agradecen tanto la brisa nocturna como la llovizna del último día. Por no hablar de dormir con sábanas.
9.- El chip festivalero en su máxima esencia. El mismo que sólo se activa cuando las circunstancias del evento te obligan a dormir fuera de casa y más aún si se tiene que coger un avión. Un destino vacacional sólo apto para los fans de las aventuras y las emociones fuertes.
10.- Pero, si por algo cabe resaltar esta edición del Melt!, es por el hecho de habernos hecho descubrir a Romano, un rapero que se ha convertido en una auténtica celebrity del underground berlinés. Poco imaginábamos cuando llegamos a Wittenberg, con sus calles plagadas de carteles con la cara de Romano, que llegaríamos a ver sobre al escenario a la revelación del rap germano, con el que además compartiríamos parte del festival. Su aparición en el show de Siriusmodelektor no hizo más que reivindicar que la pareja de Dj’s con base en Berlin saben lo que se traen entre manos.