Con el precedente de Labarra Cugat, era difícil no caer en la tentación de visitar la nueva sucursal de este restaurante informal de cocina de mercado a base de tapas, pinchos y platos para compartir de forma desenfadada. Una propuesta más que aceptable si uno se deja caer por la zona de Hospital Clínic con ganas de hacer un stop fácil y efectivo. Un espacio industrial pero a la vez agradable es el escenario perfecto para saborear una carta hecha a base de buen producto y sencillez con una buena relación calidad-precio.

Labarra es un restaurante informal de cocina de mercado a base de tapas, pinchos y platos para compartir

Su carta cuenta con más de 100 opciones, por lo que es complicado que aburra al comensal. Los pinchos son los protagonistas absolutos de la misma, haciendo honor a su hermano mayor, máximo representante de la palabra montadito en Sant Cugat. Podrás escoger entre clásicos como el Gilda (con bicho, aceituna y anchoa), el de salmón con salda tártara, el de chistorra de Orio, el malagueño (con butifarra negra y alioli gratinado), el Zarautz (de bacalao Orly) o el Atrevido, muy picante con su bicho y extra de atún. No obstante, también hay otros hits como el de sobrasada de Menorca con miel, el steak tartar 100% cortado con cuchillo o el de foie fresco con Pedro Ximénez -un auténtico delirio y damos buena fe de ello-.

Nada mejor para acompañar los pinchos que alguna de sus tapas, con súper éxitos como las croquetas de ibéricos, setas o pollo; sus bravas servidas en láminas bien crujientes; los calamares o las alcachofas fritas. Sin olvidar auténticos guilty pleasures como sus huevos estrellados trufados o con foie. Entre los patos para compartir encontramos delicias que pasan solas como los tartares de salmón o atún, la hamburguesa con foie y manzana, la butifarra de payés o el entrecot a la losa. Platos de toda la vida como los míticos canelones o los callos de Rosa son otros imperdibles para los más glotones. Una vez llegado a este punto, toca hincarle el diente a los dulces. No dejes pasar la oportunidad de probar su chocolate con sal y aceite, un dulce que por suerte se ha reivindicado como un must los últimos años, o el original cheesecake deconstruido, así como helados -el de gintónic o chicle se llevan la palma de originales. Todo a partir de 25 euros, que dependerán del hambre y la sed del comensal.

No está de más saber que cada mediodía Labarra cuenta con menús para todos los bolsillos: de 12,80 euros, 16,80 ó 19,80. Imperdible.