Para este AW15 Caboclo vuelve a sus orígenes y el de sus artesanos con Cangaço​, una colección que rinde tributo a las raíces de los artífices del cuero en Brasil. La firma de calzado sostenible con ADN brasileño presenta una línea de cinco modelos en los que ha decidido volver la vista a atrás y revisitar el germen de las cooperativas que aún hoy en día aún trabajan los zapatos de Caboclo. Además, por primera vez en su historia han utilizado cuero de cabra utilizado de forma 100% natural.

La firma de calzado sostenible con ADN brasileño presenta una línea de cinco modelos en los que ha decidido volver la vista a atrás

Para los que no estén familiarizados con el término, la palabra Cangaço ​nació con la Canga​, un trozo de madera que se situaba en el cuello de los toros para transportar materiales. El término dio origen a los llamados cangaceiros, asociaciones de nómadas que llevaban todas sus pertenencias de un lado a otro por el país. Sus orígenes eran humildes, puesto que eran personas del campo que habían perdido sus casas en los grandes latifundios. Esta condición convirtió a los cangaceiros en bandoleros, amados por el pueblo y temidos por los propietarios de las haciendas, donde robaban lo necesario para sobrevivir.

El Cangaço ​como movimiento de los años ‘20 y ‘30 pasó a ser parte del folklore brasileño

Si algo queda claro, pero, es que el Cangaço ​como movimiento de los años ‘20 y ‘30 pasó a ser parte del folklore brasileño, sobre todo el que tenía lugar en el nordeste de Brasil, donde Lampiāo​ y su esposa Maria Bonita ​­que dan nombre a dos de los modelos de la colección­ sobrevivieron como el clan de cangaceiros más temido y también el que mejor resistió el paso del tiempo en la árida región de Carcarás​, que da nombre a otra de las hormas de este AW15. El noroeste del país es conocido por el cactus Mandacaru ​­que bautiza otro de los modelos­, una planta decisiva en la historia de la artesanía brasileña, puesto que sus espinas requirieron la invención de un tejido resistente, que se utilizaría para vestir pero también para calzar. El cactus se convirtió en una paradoja en sí misma, puesto que, aunque peligroso, su agua salvaría la vida de muchos cangaceiros en una zona donde escaseaba este bien tan preciado.

Las señas estéticas del Cangaço​ fueron tan fuertes que la historia del cuero brasileño no volvería a ser la misma y, como consecuencia, la de Caboclo. Los cangaceiros utilizaban cuero para la mayoría de sus prendas y su legado significó el principio de nuevas técnicas de bordado, con una estética basada en la producción de piezas artesanales de piel natural, de zapatos, sombreros y un sinfín de prendas.

Tras una década de vida, Caboclo se ha consolidado como firma de calzado con tiradas limitadas, muy ligadas al trabajo y técnica artesanal de sus creadores, ubicados en Caera ­en norte de Brasil­. Tras adaptar los métodos de producción a los tiempos que corren la pasada colección, esta temporada han extendido su ámbito de producción a la cooperativa de artesanos Arteza, situada en Paraiba, especializada en trabajar la piel de cabra. Este tipo de cuero tiene la peculiaridad de ser mucho más blando que el de vacuno, con una textura distinta que se adapta perfectamente al pie y garantiza la comodidad del calzado.

Caboclo se ha consolidado como firma que une el diseño innovador europeo con las técnicas de producción artesanales de los ancestros brasileños

Así pues, durante los más de 10 años de vida de Caboclo, se ha llevado a cabo una interesante simbiosis entre la firma de calzado y los maestros de la materia, un camino en el que se han intercambiado y fusionado ideas, haciendo posible la creación del nuevo artesanato y la creación de puestos de trabajo. Caboclo se ha consolidado a lo largo de estos años en un interesante puente que une el diseño innovador europeo con las técnicas de producción artesanales de los ancestros brasileños. El resultado de este matrimonio entre ambos continentes es una técnica centenaria que se plasma en el diseño más actual y vanguardista, dando fruto a zapatos únicos y atemporales, otra de las máximas de Caboclo.

Lookbook © Cecilia Díaz Betz & Raquel Quevedo