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Ariana Díaz Celma

Anuar Khalifi nació en Lloret de Mar, aunque los últimos años los ha pasado a caballo entre Barcelona y Tánger. Es precisamente la dicotomía entre Oriente y Occidente la que ha inspirado su trabajo, ya sea a través de obras de gran formato, el merchandising marca de la casa o I’m sorry, I was young and dumb, un libro editado en 2013 que recoge varias de sus ilustraciones. Los cuadros de Anuar transmiten emociones gracias a su trazo vivo y de colores intensos, que cuenta historias sobre actitud y las experiencias recogidas a medio camino de los dos continentes en los que se mueve. Tras exponer en ciudades como Casablanca o París, por fin tiene lugar su primera exposición individual en Barcelona, donde reside actualmente y cuenta con su taller. La muestra Desoriente (más detalles sobre la misma aquí) sirve además para inaugurar The Mothership, un nuevo espacio multidisciplinar de Poblenou que estamos seguros dará de qué hablar…

«El sistema, los mass media, las corporaciones, etc, utilizan un lenguaje subliminal o metafórico para oprimir, controlar y deshumanizarnos»

Inaugurando exposición en un momento tan clave y triste como el que estamos viviendo, es inevitable preguntar qué porcentaje de carga política tienen tus cuadros.

Son momentos horribles. Esta exposición presenta trabajos que he hecho durante los dos años anteriores a 2015, excepto un par de obras. Por momentos pensé en utilizar otros argumentos, ya que parte de los temas sobre los que reflexiono se están haciendo demasiado evidentes y no quería caer en la caricatura. El sistema, los mass media, las corporaciones, etc, utilizan un lenguaje subliminal o metafórico para oprimir, controlar y deshumanizarnos. La forma de reflexionar o contestar a ello en mi trabajo es también con un lenguaje subliminal o metafórico de alguna forma… Aunque mi intención es la inversa.

El título de la exposición que presentas en The Mothership es un claro juego de palabras que funciona a modo de crossover entre Oriente y desorientado. Imagino que tantas idas y venidas de Tánger a Barcelona pueden dejar a uno algo aturdido…

Mi obra tiene mucho de viaje de ida y vuelta. Lo que intento es desorientalizar la imagen y desmitificar los estereotipos de Oriente. Todas mis pinturas quitan los cánones del orientalismo a partir de altas dosis de humor e ironía, y además descodifica la información. Todo lo que se puede ver en ellas es una mezcla entre realidad y ficción.

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Lo que queda claro, es que tu obra tiene algo de naïf pero a la vez mucha mala leche…

Mi trabajo es un global de información. Utiliza colores vivos y agresivos. El estilo infantil está muy arraigado a mis sensaciones y a la infancia, periodo en el que dibujé mucho. Puede que por eso nunca dibuje adultos.

«Desoriente es un trabajo que está a medio camino entre Barcelona y Tánger, siempre he rehuido de los signos claros de identidad o de una cultura concreta»

¿Desoriente tiene más de Oriente o de Occidente?

Aunque en los últimos años no he parado de ir y venir, Desoriente se pintó en Tánger íntegramente. Es un trabajo que está a medio camino entre ambas ciudades. Podemos decir que siempre he rehuido de los signos claros de identidad o de una cultura concreta. No me gustan los estereotipos ni tampoco los colonialismos. Toda obra de arte tiene algo de autobiográfico, profético y místico.

En tu obra hay personajes recurrentes, como el gato o el fantasma. Háblanos un poco más de ellos.

El gato era la forma que tenía de firmar en mi adolescencia, es algo que viene de lejos. El fantasma es más nuevo y representa al enemigo global de Oriente. Dentro de mi obra, está instrumentalizado, siempre lo pongo donde no encaja y no es agresivo, sino todo lo contrario, siempre pone cara de sorpresa. Podemos decir que es un chiste en si mismo y que aparece en clave irónica.

A pesar de que has estado en alguna exposición colectiva, Desoriente es tu primera muestra individual en Barcelona. Esto no es nada nuevo para ti, puesto que ya has mostrado tu obra en galerías de Casablanca y París. ¿Dónde crees que se entiende mejor tu trabajo? ¿En Occidente u Oriente?

El lenguaje que utilizo es muy dual, así que creo que se entiende en ambos lados. Lo que sí que es cierto es que, aunque creo que es igualmente entendida, el occidental compra un tipo de obra y el oriental otra.

¿Crees que es fácil interpretar tu obra?

No siempre, hay tantas metáforas que a veces cuesta descubrirlas. Hay trampas incluso para mí. A menudo hay cosas que descubro cuando veo la obra en un sitio distinto de donde he la he pintado. Todos mis cuadros son la suma de códigos que absorbo y el resultado a veces me sorprende hasta a mí.

«Toda obra de arte tiene algo de autobiográfico, profético y místico»

Podemos decir que tu obra se divide entre los cuadros de gran formato y las ilustraciones. ¿Entiendes a ambos de igual manera?

No, las ilustraciones son dibujos sencillos y rápidos, nacen de ideas absurdas que me pasan por la cabeza. Normalmente hay mucho humor negro y son absurdas e irónicas a la vez. Los cuadros son más complejos, están hechos para ser descodificados. El mensaje de mis obras de gran formato es más global y profundo.

Mucha gente tacha tu trabajo de pop, pero creo que hay dosis demasiado altas de mala leche para ponerle esta etiqueta…

Se acerca más al neoexpresionismo. El pop art eleva el producto y yo hago lo contrario. Los iconos y el color hacen que pueda parecerlo, pero los tiros van por otro lado.

«No hago pop art sino neoexpresionismo, el primero eleva el producto y yo hago lo contrario»

No obstante, sí das valor al objeto. En tus exposiciones siempre hay instalaciones y objetos físicos, además de merchandising…

Algo curioso es que la mayoría de objetos que puedes encontrar en mis exposiciones suelen ser occidentales, cosas que he encontrado por la calle y que son domésticas en su mayoría. Me gusta la dualidad de los objetos, cómo puedes verlos de distintas maneras y darles una segunda vida. No obstante, para mí no es una obra de arte conceptual sino algo mucho más directo.

También eres Dj, por lo que podemos adivinar también cierta influencia de la música en tu obra. ¿Es esto cierto?

Son lenguajes distintos. Cuando pinchas compartes el trabajo de otra gente, mientras que cuando hago una exposición comparto mi trabajo. Lo que sí es cierto es que en mi obra hay mucho remix y sample, así como referencias directas a la música. En uno de mis cuadros, por ejemplo, hay un cuadro de Gil Scott-Heron, sin ir más lejos.

Haz una selección de temas que hayan podido marcar tu vida y, por lo tanto, tu obra en algún momento…

 

Tus hotspots favoritos son…

La Cuina d’en Garriga y el Bar Gelida (C/Diputació, 133).

Prohibirías…

Frases del tipo: «No es que moles, sino lo siguiente». Soy bastante hater en general, odio muchas cosas.

Nunca pensabas que terminarías…

Soy una persona con pocos límites, todo lo que quiero hacer lo acabo haciendo.

Para ti ser Good2b es…

Estar despierto, ver y entender qué pasa a tu alrededor.

Fotos © Cecilia Díaz Betz