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Reality ends here. Éste es el claim con el que nos recibe la Sala Phenomena. Lo cierto es que cruzar su umbral es como montarse en el Delorean y hacer un viaje en el tiempo a un cine como los de antes. Nada más llegar nos encontramos con un cartel luminoso de los de antaño que varias personas fotografían emocionadas al borde del colapso, es como un sueño húmedo de Instagram. Una vez en el vestíbulo nos encontramos en un espacio cargado de referencias cinéfilas que desprende amor al séptimo arte por los cuatro costados. Fotos de Pacino aka Tony Montana, Steven Spielberg en el rodaje de Tiburón (película que junto con Alien inauguró la sede fija hace poco más de un año) y la protagonista absoluta: una moqueta que nos traslada directamente al hotel Overlook, ubicación principal de la inquietante El Resplandor.

 Cruzar el umbral del Phenomena es montarse en el Delorean y hacer un viaje en el tiempo a un cine como los de antes

La sensación de entrar por primera vez en la Sala Phenomena debe ser parecida a la de un sushi lover al descubrir un buffet libre: pósters, fotocromos, proyectores antiguos y delicias de todo tipo para las que nuestros ojos, manos y carrillos no dan abasto, glotonería absoluta. Y es que la cosa no acaba ahí. Además de recrear un ambiente clásico puramente cinéfilo, la sala está dotada con la última tecnología en imagen y sonido y cuenta con una de las pantallas más grandes del país, que descubrimos, eso sí, tras un infinito telón lynchiano de terciopelo rojo. De nuevo, un elemento que, en palabras del mismo David Lynch, evoca la frontera entre realidad y ficción, consciencia y sueño,  razón e imaginación. La Sala Phenomena reivindica la propia experiencia cinematográfica, la renuncia consciente a la lógica y nos invita a recuperar la ilusión por ir al cine.

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La sala está dotada con la última tecnología en imagen y sonido y cuenta con una de las pantallas más grandes del país

Tras cuatro temporadas como cine nómada recuperando en la gran pantalla títulos imprescindibles del cine clásico así como cintas nostálgicas de los 80s y 90s, la Sala Phenomena inauguró su sede fija en diciembre de 2014. El antiguo Cine Nápoles fue objeto de una reforma integral para recuperar una sala única con capacidad para 450 espectadores. Desde entonces este proyecto dirigido con excepcional criterio por Nacho Cerdá se ha convertido en la sala de referencia de todo sibarita/freak/cultureta que se precie. ¿Flipas con el sci-fi y quieres volver a ver películas como Blade Runner, 2001: odisea en el espacio o Mad Max en el cine? ¿O lo tuyo es más bien el rollo gansta italiano de Uno de los nuestros o Érase una vez en América? La Sala Phenomena te brinda la oportunidad de hacerlo, sólo tienes que entrar en su web y votar tus favoritas. La programación consta de ciclos, retrospectivas, sesiones infantiles y Grindhouse, reestrenos, films inéditos en nuestras carteleras, colaboraciones con festivales de cine como el de Sitges y los ya míticos programas dobles. También podéis consultar su programación mensual aquí.

 

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