Leonard Cohen se nos ha ido, y con él, su poesía, su voz, su visión. Crudo, sensible y poderoso. Con él ha emprendido viaje todo lo que su mente, su boca y su corazón crearon para agitar en el algún preciso momento, nuestras vidas. Todas las letras, melodías y palabras que en un futuro seguirían enseñando al mundo. Porque Cohen tenía ese mágico poder de acariciar las almas de quiénes se cruzaban en su camino, con una facilidad exuberante, y haciendo gala de una elegante irreverencia que lo convertía en único. Por eso resulta tan poético como dramático que a penas hace tres semanas nos obsequiara con You Like it Darker, álbum del que decía ser el mejor de su carrera.

Cohen predijo su muerte como si la esperara ansioso, como si para él significara la culminación perfecta de su vida y su carrera

Se calla esa voz hipnótica y penetrante, que removía conciencias con un tacto que pocos podían resistir. Cohen nos abrió su ventana para hablarnos de amor, de soledad, de dolor, de aislamiento, de sexualidad, de religión, de política, de revolución y de música… Siempre contundente, solemne, con clase. Sus letras íntimas, emotivas y complejas, llegadas desde lo más profundo de su ser, fueron un necesario revulsivo para varias generaciones. Y la única buena noticia es, que permanecerán ahí siempre con nosotros, para volver a ellas y subvertir nuestro devenir.

Cuando su musa y amor de su vida, Marianne Ihlen estaba a punto de fallecer, Leonard Cohen le escribió una carta diciéndole que estaban tan cerca que si estiraba su mano pronto se podrían tocar. Así, y con gran justicia poética, Cohen predijo su muerte como si la esperara ansioso, como si para él significara la culminación perfecta de su vida y su carrera. Como si su vida hubiera sido el camino que tenía que recorrer para reunirse con ella. Como si estuviera listo para morir.

Adiós a Marianne

«Bueno, Marianne, ha llegado el momento en el que somos tan viejos y nuestros cuerpos se están desmoronando, que creo que te seguiré muy pronto.

Estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, podrás alcanzar la mía. Sabes que siempre te he querido por tu belleza y por tu sabiduría, pero ahora solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Mi amor infinito, nos vemos al final del camino.»

Leonard.

Sus palabras duras rozaban como mantequilla al aire, pero sus ojos eran de los que suavemente tocaban el alma. Hoy, desde Good2b, nos despedimos de la suya con una mínima recopilación de todo lo que el prolífico artista, poeta, novelista y cantautor canadiense nos dio en sus 82 años de vida. Le decimos adiós pero su timbre y su influencia se quedarán para la posteridad.

Leonard Cohen. Alguien que no conocemos ni nos conoce, pero alguien con el que hemos conectado en algún momento de nuestra vida. Una voz con la que hemos cantado y palabras con las que hemos llorado. En definitiva, un hombre que nos ha emocionado y cuya sombra pesa con una delicadeza que nadie podrá imitar. Gracias Leonard por darnos tanto hasta tu último día.