Los tiempos que corren han reubicado en el merecido candelero a un gran olvidado de nuestra gastronomía: el bocata. Los ingredientes de toda índole entre panes estaban avocados al fracaso, hasta que alguien con dos dedos de frente cayó en la cuenta de que, si el pan y el producto eran de calidad, el resultado final podía ser excelente. Lo mismo pensaron la gente de LomoAlto, el alabado restaurante de carnes que pilota Carles Tejedor en 700m2 ideados por el omnipresente Lázaro Rosa Violán en pleno Eixample Dret, que ha convertido su amplio comedor de entrada en una sandwichería gourmet.

LomoBajo, como han denominado a este espacio de entrada, sirve emparedados para chuparse los dedos con las mejores carnes

LomoBajo, como han denominado a este espacio de entrada, sirve emparedados para chuparse los dedos con las mismas carnes que se sirven en el fastuoso comedor del piso superior, aunque en un aire mucho más informal y canalla. Un lugar que busca colmar el paladar de los devotos de la carne sin remordimientos; carne de primera calidad de buey, vaca y ternera, que ha pasado por un prologado proceso de maduración en formato bocadillo, lo cual le da un punto gamberro muy apetecible. Como no, los panes que acompañan este manjar son biológicos, consiguiendo un resultado final para regalar los mejores sabores al paladar.

Entre sus hits indiscutibles encontramos el tartar roll de buey, envuelto en pecaminoso pan inglés y acompañado de cebolla crujiente y cremoso de clara de huevo; o el de cecina extra de vaca artesana, que viene acompañado de ensalada de brotes y cítricos. Entre sus hamburguesas, otra sección que sobresale sin ningún tipo de dudas, encontramos la Clásica, servida en plan de bretzel, con lechuga, tomate y cebolla a la brasa; o la Suprem para los insaciables, con carne de buey. Estas delicatessen se pueden culminar con platos para compartir como la ensalada de endivias con queso gorgonzola y nueces -ese clásico que por fin algunos se atreven a recuperar-, las croquetas de cecina o los aros de cebolla con miel de caña.

Aunque la carne nos lo ponga complicado, es imprescindible dejar un hueco para probar postres como el borracho a la cerveza con nata montada o el chocolate, chocolate, chocolate -sobran las palabras-. Comer o cenar en LomoBajo te costará alrededor de 20€, que pagarás con gusto si eres amante de las carnes bien maduradas y el buen ambiente.