Desde Brooklyn, la surcoreana Ina Jang explora formas interesantes de retar al espectador de sus fotografías y juega con sus sujetos, objetos y medios con un estilo visual muy peculiar que convierte sus piezas en auténticas obras de arte.

Cada imagen es como un pequeño rompecabezas con trampantojo

Sus imágenes son minimalistas y algo ambiguas de base, aunque muy distintas entre sí, ya que varía las intervenciones que realiza sobre ellas, incluyendo láminas de color que cambian la luz de la imagen, recortando partes que deforman los objetos o incluso creando partes y elementos a partir del recorte.

Cada imagen es como un pequeño rompecabezas en el que hay que descubrir donde está el trampantojo creado por Jang. Y es que también se aventura con las composiciones, dimensiones y condición física de sus sujetos. Ina Jang dispone capas visuales, unas sobre otras, en un proceso de descubrimiento de sus propias ideas, porque, además, lo que intenta es abandonar la información y entrar en un plano de abstracción confusa e intrigante.

Al intervenir a golpe de cuchilla, Jang difumina la línea entre objeto y sujeto y presenta una nueva realidad en formas recién nacidas. Algunos toques extra, como los tonos pasteles o la pintura, que añade a las imágenes, crean un universo de ensueño en el que habitan los seres dismórficos y fantásticos creados por Jang que parecen esconderse y mostrarse detrás de capas en búsqueda de su propia identidad.