Soy de las que sospecha vilmente de la gente que no le gusta el queso. Me resulta incomprensible que alguien ose hacerle ascos a un manjar de este calibre con tantos matices, sabores, tipos, clases y denominaciones. Si eres de ese grupo de desafiantes renegados del queso, siento comunicarte que hoy no estás de enhorabuena, porque aprovechando mi reciente visita-descubrimiento a la Fromagerie Can Luc, me dispongo a redactar una carta de amor a este templo quesero situado en el barrio de Gràcia. Si por el contrario, eres de los que el queso es sinónimo de placer o directamente la ambrosía de los humanos en la Tierra; estás en el lugar adecuado, y me vas a permitir este soberano alarde de entusiasmo elogiando a dicho manjar.

Luc Talbordet, dueño y señor de la Fromagerie Can Luc y experto quesero por que el mundo le ha hecho así

Toda buena carta ha de ir dirigida a alguien, y en este caso la correspondencia va para Luc Talbordet, dueño y señor de la Fromagerie Can Luc y experto quesero por que el mundo le ha hecho así. Este adorable cremier-formager francés, original de la Borgoña afincado en Barcelona, decidió dejar de llorar por la poca variedad de quesos que había en la Condal y por lo poco que la gente sabía de ellos, para en el año 2014 dejarlo todo (se dedicaba al mundo del retail) y congregarlos él mismo en la quesería que hoy nos ocupa, y que es tal y como son las buenas queserías en Francia: un lugar donde además de queso, puedes encontrar todo lo que le acompaña (vinos, cráckers, confituras, mostazas, chutneys), otros derivados lácteos (mantequillas, crema y quesos frescos, cheesecake y yogures) e utensilios (cuchillos, raclettes, fondue). Como él mismo profesa: “un establecimiento consagrado a un único producto, el queso, que ofrece todo lo necesario para disfrutar de una experiencia quesera completa”.

Sin embargo, otro aspecto que convierte a Can Luc en tu nuevo destino de peregrinación habitual, es el propio Talbordet. Lo podríamos definir como una enciclopedia viviente del queso, un maester formatger que lleva a cabo toda una labor divulgativa y de asesoría en materia quesera. Siempre con una dedicación y entusiasmo tan envidiables, que es capaz de meterle el gusanillo en el cuerpo a cualquier hater del mencionado grupo de renegados. Para muestra, pásate por la tienda, degusta unos quesos en su barra-escaparate y pregúntale lo que quieras; caerás en la cuenta de que Luc lo lleva en los genes, de que se convertirá en tu nuevo amigo sabio porque no falla, y en el gurú que te ha «obligado» a hacer una de las mejores cosas de la vida: cenar a la francesa; un surtido de quesos de calidad, bien contrastados y escogidos, unos frutos secos, una mermelada y un buen vino y ¡voilà!

Puedes confiar ciegamente en que allí encontrarás los mejores quesos del mundo

En la Fromagerie Can Luc cuentan con más de 150 referencias de quesos de todo el mundo (especialmente de Cataluña y Francia, pero también de Italia, Suiza, Inglaterra, Holanda,…). El surtido abarca desde quesos artesanales, de leche cruda, hasta quesos con denominación de origen protegida. Puedes confiar ciegamente en que allí encontrarás los mejores. Destacan maravillas que te harán palpitar de la emoción como: Tomme d’Aydius, un queso artesanal de leche de cabra cruda del Pirineo francés; Brillant de Savarin del maestro quesero Andruët, de vaca, triple crema, pasta fresca y corteza ligeramente fermentada; un Comte de 18 meses de curación; dos denominaciones protegidas como el Brie de Meaux y el Brie de Melun; un excelente Ossau-Iraty, queso francés del País Vasco y del Bearn; un Camembert Triple-Crème; el Shropshire, un queso azul de leche pasteurizada de vaca de Inglaterra; o el italiano Capriolo al Tartufo de leche pasteurizada de cabra.