La firma vasca, Loreak Mendian, pone punto y aparte a los primeros capítulos de su historia, y se aventura -sabiamente- a escribir uno nuevo; eso sí, con una prosa diferente. Una metamorfosis que arranca dejando atrás su apellido, buscando con esa sinopsis, una mayor contundencia y claridad. Renace por tanto, como LOREAK, y su nueva colección FW17 bautizada Aperture, nos abren las puertas a su renovado entramado estético.

La firma pone punto y aparte a los primeros capítulos de su historia, y se aventura a escribir uno nuevo; eso sí, con una prosa diferente

Es como cuándo te encuentras con un amigo de toda la vida que llevas mucho tiempo sin ver, y tienes esa grata sensación de que el tiempo no ha pasado, de que todo sigue igual, sin embargo es diferente y eso es lo verdaderamente bonito. Así percibimos el planteamiento de LOREAK: una línea continuista en sus preceptos -honestidad, independencia, utilidad, manofactura, paisaje y cultura-  pero con vocación de ruptura. De tal manera que consiguen que lo antiguo y lo nuevo, dialoguen con elegancia y calma; y a modo de juego con su propia identidad: la roca de la montaña se quiebra (Mendian) para dejar que brote algo nuevo y bello: la flor (Loreak). «Una apertura nace de una grieta, es un inicio… La apertura nos lleva a una búsqueda por la belleza que está floreciendo en otro lugar».

El contexto de presentación de Aperture es en una cantera en el corazón del País vasco. Un lugar de piedra erosionada, de montañas que han sido desquebrajadas, y que nos mete de lleno en este, su nuevo relato. Arriba encontraréis las preciosas imágenes de la campaña fotografiada por Iker Basterretxea.

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