La colección recurre a diversas referencias históricas y aúna dos momentos clave representados en la silueta, texturas, materiales y detalles. Asocia en la misma, pinceladas del período victoriano donde se origina la doble moral. Cimienta su base en la sastrería tradicional, herencia directa del Neo imperialismo, y distribuye detalles de la vestimenta femenina de la época para evidenciar la diferenciación de sexos que se produce.En contraste utiliza elementos de la Revolución sexual, que desafían los códigos de conducta tradicionales relacionados con la concepción de la moral. Llega a su máximo apogeo a finales de la década de 1970 con el punk.En su conjunto los looks simbolizan una imagen artificial, sintética y teatral de los tabúes como multitud que oculta su sexualidad y desnudez por miedo a ser juzgado.

Vemos detalles que feminizan prendas masculinas, unas veces es un encaje aplicado a los bajos de una bermuda, a veces un tejido. Zurru desarma prendas para construir looks e intercambia códigos saltando del universo masculino al femenino e incluso saltando de épocas. La mezcla osada de texturas provoca una colección barroca, intensa y atrevida. Las comparaciones son inevitables y odiosas pero resulta imposible no decir que algunas prendas recuerdan a Palomo e incluso en Vivienne Westwood.