Ya tardábamos en hablar del Bar Calders, una de las propuestas más sólidas de la calle hipster por excelencia en Barcelona: Parlament. A medio camino entre el Federal y el Tarannà encontramos este oasis con su respectiva terraza. Un place to be con todas las de la ley situado en un callejón dedicado al mítico Pere Calders. Como no, en sus estanterías se pueden encontrar libros del mítico escritor catalán. ¿Quieres saber qué se come?

A medio camino entre el Federal y el Tarannà encontramos este oasis con su respectiva terraza

Uno de los motivos por el que nos gusta tanto el Bar Calders es el énfasis que han puesto en recuperar el tradicional vermut, como el mítico de Falset, por ejemplo. La práctica de tomarlo antes de la comida, sobre todo el fin de semana cuando el tiempo se detiene, nos parece muy necesaria. También cuentan con la edición limitadísima del tinto Sant Antoni. Se producen muy pocas botellas al año y algunas de ellas van a parar aquí.

Su cocina también nos parece digna de mención. Además, podemos decir que le han pillado el gusto a esto de hacerlo bien, pues la mejora desde que abrieron es un hecho constatable. Sus patatas clásicas son ya un clásico digno de ser degustado con la tranquilidad que merece su terraza. El espíritu nacional se mezcla con otras referencia internacionales de su carta. Es así como encontramos sus muy recomendables pizzetas -prueba la de cebolla caramelizada, pera y gorgonzol- y una selección de platos que nos hacen volar directamente a México. En esta sección encontramos los imprescindibles nachos del presidente, las quesadillas y guacamole. La sección dedicada al país del tequila no es para nada gratuita, muy al contrario, pretende rememorar los años de exilio de Calders.

Ah, si te preguntas de quién son las pinturas que decoran el lugar aquí la respuesta: Ramón Lamarca, uno de los fundadores del local.