En ocasiones nos apetece cambiar un poco de rollo y darnos por la cocina creativa. Las hamburguesas, los buenos filetes y los tacos más sabrosos pueden esperar cuando se nos mete en la cabeza que lo que nos llama es innovar y queremos dar rienda suelta a esa magia sobre el plato. Por eso, no tenemos ninguna duda de que si lo que pretendemos es marcarnos un plan diferente, de esos que te dejan un regusto de lo más especial, lo suyo es ir a Bichopalo. F: Cortesía de Bichopalo

Situado a un tirito de piedra de la Castellana, en Madrid, y convirtiéndose por méritos propios en la atracción de la zona, Bichopalo celebra que lo suyo es la cocina creativa. Una cocina sin más artificio que hacer confundir al comensal para ganárselo por la tripa a través de unos platos que no sabrá si comerlos o enmarcarlos.

Trampantojos y mucho talento culinario es lo que saboreamos en Bichopalo, el place to eat definitivo en Madrid

Un moderno restaurante regentado por el chef Daniel Pozuelo (curtido en los fogones de Arzak, Alboroque, DStage o el Casino de Madrid), cuyo talento y ganas por emprender le llevan a convertirse en la sensación del barrio y a su Bichopalo en el place to eat definitivo.

Un lugar donde las recetas más conocidas se convierten en inclasificables, pues se reinterpretan al libre albedrío de Pozuelo, que sabe mezclar aromas, texturas y sabores como un mago en su laboratorio de experimentos; llevándonos de la mano por una aventura que deberíamos vivir una vez cada cierto tiempo.

Un local donde nos lo ponen fácil, dado que solo cuentan con un único menú degustación, que a un precio de lo más ajustado nos hace enmudecer a través de sus seis pases, seis platos que varían según la temporada y el mercado, que no dejan de tocarnos el corazoncito si eres un entregado foodie como el que escribe este artículo.

Un menú del que, para no perder esa fantasía, solo te contaré que jugará con tus recuerdos gastronómicos más personales a golpe de elaboraciones cargadas de sofisticación y sabor, para cogerte del paladar y no soltarte mientras te sumes en un clímax nunca antes vivido y del que solo despertarás cuando haya llegado la hora de dejar el local. Si no disfrutas con su huevo 65 grados con crema de setas o su dorada frita en tempura con mojo canario-japonés es que eres un/una insensible. ¡Ups, ya se me ha escapado demasiado!