Seguro que al menos una vez en tu vida has caído atrapado en ese bucle vicioso que generan redes sociales como Instagram y plataformas como Youtube y has ido a parar a una de esas irritantes publicaciones con un smoothie bowl perfecto, de esos tan estéticos que dudas de su potencial comestibilidad. Y aunque seguramente hayas hecho zoom in repetidas veces preguntándote dónde puedes hacerte con uno de esos a estas horas del día, desde hoy no te volverá a pasar. La solución la tiene Bohl, y deja que te adelante que si eres fan de la comida sana te va a encantar. F: Todas las imágenes por Raquel Bueno

Bohl, ubicado en la Calle Trafalgar de Barcelona, es un café de lo más chic que te ofrece una variedad de platos presentados en el recipiente que precisamente indica su nombre: un humilde y reconfortante bol. Desde los susodichos Smoothie Bohls, un desayuno fresco y cargado de nutrientes del que te harás totalmente adicto, hasta sus Chia & Porridge Bohls, una opción infalible para los días fríos de invierno cargada de minerales, antioxidantes y fibra, esta moderna cafetería demuestra desde el primer ágape del día que es mucho más que una cara bonita. Prueba el Sophie’s Chunky Monkey Bohl, con base de plátano, crema de cacahuete, cacao puro, leche de arroz, granola casera, plátano, nibs de cacao y goji, y luego nos cuentas. 

Comida natural, buenísima y económica, hecha con cariño para demostrar que comer sano es simple y muy, pero que muy bueno

Aunque no solo los amantes de la cocina sana y del dulce verán aquí sus mejores sueños realizados, Bohl también es una opción de diez para aquellos fieles al salado. Aquí la estrella de la función es el Power Bohl, el plato combinado de toda la vida en formato healthy y modernizado, que explora los diferentes sabores del mundo y ofrece una comida completa y equilibrada con todos los macro y micronutrientes diarios necesarios. Empieza compartiendo el Falafel Dip como entrante –falafels caseros y sin freír acompañados de salsa tzatziki y salsa blanca de tahini– y luego apuestalo todo al Wannabe Sushi Bohl, un power bowl a base de arroz integral, aguacate, zanahoria, pepino, mango, rábano, tofu marinado, wakame y una salsa de soja especial cuyo sabor recuerda sorprendentemente al sushi y del que, mucho me temo, querrás repetir y repetir.

Un Matcha o un Golden Milk Latte pondrán el broche perfecto a la comida en este enclave de éxito ideal para animarte a convertirte –de una vez por todas– en una persona de mañanas, o disfrutar de un bien merecido descanso a medio día; que huye de la comida refinada y procesada y los sabores artificiales y apuesta por lo natural y el producto de calidad para disfrutar de la amplia variedad de texturas, sabores, belleza y colores que nos ofrece la madre naturaleza. Sin ingredientes sorpresa, sin frituras, a base de plantas y carbohidratos complejos que huyen de la carne, el pescado y los lácteos para cuidar el medioambiente. Comida natural, buenísima e –igualmente importante– económica, hecha con cariño para demostrar que comer sano es simple y muy, pero que muy bueno.