Una de las zonas más privilegiadas de Paseo San Juan tiene nuevo vecino. A pocos metros de hotspots de referencia como la Granja Petit Bo o el Chicha Limoná, encontramos el discreto Café Búho, un bistrot que trae a esta magnífica avenida el toque frenchie que le faltaba. Un local que, aunque puede que pase desapercibido a primera vista, sirve platos afrancesados -pero también otros con un toque más internacional- con mucho mimo a base de productos frescos y biológicos en su mayoría. El espacio, acogedor y sin pretensiones, es agradable y durante el día se tiñe con la luz que baña el Paseo.

Entre las especialidades del lugar encontramos la hamburguesa vietnamita o el rilette de pato con pistachos y albaricoque

Sin más secreto que el de una materia prima excelente y las mejores recetas del país vecino, su propuesta culinaria viaja por as distintas regiones de Francia, dando como resultado una carta muy personal que sorprende por no ser más de lo mismo y ofrecer recetas interesantes, que van más allá de los huevos benedictos servidos en una mesa comunal de madera. Stephane, su propietario,  es el encargado de aportar este plus, probablemente debido a una larga experiencia en el mundo de la hostelería francesa, y que con Café Búho ha visto nacer un negocio hecho a medida para satisfacer paladares exigentes pero no remilgados. Entre sus platos estrella encontramos el sabroso tartar de dorada y mandarina, un sorprendente rilette de pato con pistachos, albaricoque y pan de kalamata o la hamburguesa vietnamita de cerdo desmigado cocinado a baja temperatura a la barbacoa, acompañado de salsa agridulce con ‘coleslaw’ y patatas. Otras sorpresas de su menú son la lubina al pil pil de coliflor, puerros confitados y almendras; o la carrillera de ternera con crema de patatas al jabugo. Entre los postres, debemos hacer especial mención a la ricotta con calabaza y miel, un auténtico delirio para los amantes de los sabores sinceros combinados con acierto. El cubierto medio de una carta original aunque no estrambótica es de 20-25€.

No obstante, Café Búho despierta cada día con desayunos caseros con cierto aire neoyorkino, mercados por sus ya típicos bagels. Además, hay que tener en cuenta que cada mediodía cuentan con un menú de mediodía por 12,50€ que puede satisfacer el apetito de aquellos que se encuentren por la zona. Cuando termina la hora del café, el espacio se convierte en el lugar ideal para degustar cócteles, tés, batidos o zumos de fruta natural, que combinan a la perfección con sus deliciosas tartas; y que son el preludio ideal mientras uno espera que caiga la noche para degustar sus cenas. Con un poco de suerte, puede que hasta encuentres una de las actuaciones en vivo que tienen lugar en el Café Búho.

La decoración está hecha a base de piezas de tiendas vintage y anticuarios de la Ciudad Condal y París, escogidas por su dueño Stephane

El Café Búho tiene algo de bohemio que se desprende de su decoración. El local tiene el típico aire de bistrot francés destartalado aunque con encanto, que se desprende de piezas como un espejo de buffet antiguo que decora una de las paredes de obra vista o el suelo del local, hecho a base de tablones de madera reciclados de andamios de obras. Todas las piezas han sido escogidas por Stephane y rescatadas de tiendas vintage y anticuarios de la Ciudad Condal y París, dando como resultado un lugar discreto pero no por ello menos a tener en cuenta para los que acostumbren a transitar por la zona.