Puede que ya hayas oído hablar del Café Kafka del Born, un bistró cosmopolita con cierto aire bohemio que combina muebles nuevos con otros de antaño, iluminados todos por 1001 puntos de luz.

Estamos ante un bistró cosmopolita con cierto aire bohemio que combina muebles nuevos con otros de antaño

La carta es extensa y cuenta con infinitas secciones. La primera hoja recoge propuestas para picar. Desde virutas de jamón ibérico de recebo, ideales para acompañar con coca de cristal; hasta anchos lomos de de anchoas, pasando por los corazones de alcachofa laminados con mostaza o la tortilla Kafka Baveuse. El menú también cuenta con una amplia sección de pastas, a escoger entre las de sémola de grano duro o las de huevo y regadas por la salsa que a uno se le antoje; así como las respectivas áreas dedicadas a la carne y pescado. Diremos, pero, que la especialidad de la casa son sus tartares. Ya sea el de atún rojo, acompañado por soja y wassabi, o el de tierno solomillo.

Los gourmets verán en el Café Kafka su nuevo hogar gracias a la sección más caprichosa de la carta. Ahí se pueden encontrar huevas de salmón imperial, caviar iraní Beluga 000 o chatka de cangrejo imperial. Por supuesto, los precios superan la media de la carta.

El final feliz viene de la mano de las delicias de vainilla, el mini tatín individual con crema de leche o la tarta de queso con galletas y helado. Todo a partir de 25 euros.