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Carmen Triana es una fotógrafa nacida en Bogotá en el seno de una familia que siempre se ha dedicado al cine y al teatro. Desde niña se interesó por la imagen y la luz utilizándolas como un medio para expresarte en el que volcar toda su atención. Concibiéndola como un diario visual, Carmen inventa realidades diversas, plasmando su cotidianidad de un modo sereno y pulcro.

Carmen concibe la fotografía como un diario visual a través del que consigue plasmar la fragilidad humana

«Siento que la fotografía es un diario visual», dice ella, además de añadir que «es una herramienta que puedo usar para viajar e inventar realidades diferentes». Tanto en su práctica personal como comercial, las interacciones con las personas y su entorno son un concepto concebido como fuerza impulsora que inspiró a la artista en sus comienzos, pero que, con el paso del tiempo, también le ha influido en la estética de sus resultados.

«Mi mayor inspiración es viajar en automóvil por Colombia», explica, «me encanta tener conversaciones con extraños y sentir que con la fotografía, puedo explorar mis sentimientos y reflejarme en los demás. La fotografía es un espejo». Un confeso «soñador», la imagen de Carmen es muy tranquila, haciendo uso de elementos naturales como el agua, la luz moteada y los atardeceres suaves. También combina elementos de composición de la fotografía de moda más tradicional, enraizada en las bellas artes y las sensibilidades contemporáneas. Este enfoque refleja su admiración por artistas como Georgia O’Keeffe, Herbert List y Sally Mann. Como resultado, su trabajo personal y comisionado regularmente se superpone tanto en estética como en conceptos: «la fotografía, para mí, es un acto de meditación y un viaje espiritual de crecimiento», confiesa la artista.

Fue parte del trabajo encargado de Carmen, creado en colaboración con el estilista Juan Camilo Rodríguez, lo que inicialmente llamó nuestra atención. «La fotografía es un esfuerzo de equipo», resume Carmen, «y siempre conceptualizamos el trabajo que estamos haciendo y el tipo de humor y sentimientos que queremos transmitir». En el trabajo más reciente del dúo, han estado explorando «la fragilidad de seres humanos «combinando un estilo femenino, paisajes dramáticos y composiciones íntimas. La sinergia creada por estos elementos conduce a imágenes que resaltan el asombro de la naturaleza y nuestra posición dentro de ella, de una manera que se siente abrumadora y complementaria. Aunque está lleno de yuxtaposiciones, esta noción se comunica con sutileza cuando Carmen y Juan intentan «retratar este concepto intangible pero presente dentro de nosotros mismos».

Aquí puedes seguir las obras de la artista colombiana.