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Ariana Díaz Celma

El día en el que prácticamente cada uno de los mortales contaba con un par de ‘bowling shoes’ de Camper en el zapatero, el imperio de esta firma balear no había hecho más que empezar. Era sólo el augurio de que cualquier acción emprendida por la marca de zapatos de aspecto irregular y suelas redondeadas sería un tanto más en su carrera. Casa Camper, el hotel de la firma en la calle Elisabets, es otro de sus éxitos rotundos. Su atmósfera algo marciana, pero muy agradable y acogedora, hace que este lugar sea único en su especie. Suelos cimentados, fotografías enmuraladas de negocios emblemáticos del barrio y mobiliario blanco en medio del silencio, son los encargados de darte la bienvenida a este edificio del siglo XIX.

Su atmósfera algo marciana, pero muy agradable y acogedora, hace que este lugar sea único en su especie

Era difícil que la fórmula fracasara. El hotel cuenta con sólo 25 habitaciones (su pequeño aforo le da una apariencia desértica y perturbadora, pero siempre entrañable), son obra de Fernando Amat, una de las figuras delanteras de la firma Vinçon, y Jordi Tió. Es decir, que el resultado conduce irrevocablemente a adjetivos como contemporáneo, bonito, funcional y estético. Y eso sin tener en cuenta su ubicación en uno de los epicentros de la ciudad condal: el Raval barcelonés, a escasos pasos del MACBA y el CCCB. No es de extrañar que este hotel se ponga hasta los topes cada vez que vuelve el Bread&Butter. Tanta es la demanda, que cuando termina cada una de las ediciones de la feria, los huéspedes ya reservan para la próxima. Y que Casa Camper sea el favorito de estilistas y profesionales de las tendencias, es mucho decir.

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