La historia del circo se remonta a las civilizaciones más antiguas. Al igual que la música o la poesía, esta rama del artes suponían una vía de escape a las poblaciones de el lejano oriente (China, India o Mongolia), o la antigua Grecia o Egipto Roma. Fue en el período de la Roma antigua, cuando se le empezó a denominar <<circus>> a las actividades como el contorsionismo o la acrobacia se encuentran entre las prácticas más antiguas del universo circense.

Una característica común del circo es su condición de itineraria. Y es que en Europa renacentista la carpa y los artistas recorrían todos los países del continente, transmitiendo la fantasía de las artes escénicas y el misterio en cada función. Fue un placer para nosotros descubrir el nuevo epicentro circense de la Ciudad Condal: Circuz Land, donde vivimos una experiencia gastronómica en combinación con espectáculos circenses y el arte de la mixología.

 
Artistas del circo Hagenbeck-Wallace Circus en los años 20 en Estados Unidos.

En Circuz Land halamos una carta de cocina vanguardista que ha elaborado el chef Iván Rios, en la que prima el producto de temporada y la gran variedad de alternativas, entre las que se encuentra un menú vegetariano. En el comienzo de nuestra aventura optamos por sentarnos en el espacio chill-out del local, que cuenta con una decoración arábica ideal para relajarnos en nuestra noche del sábado. Allí comenzó a suceder la magia: y es que para comenzar, nos decantamos por las vieiras glaseadas con mantequilla de salvia y cama de patata violeta, el ceviche de corvina con emulsión de leche de tigre y las alcachofas rellenas de crema de erizo y gambas marinadas. Continuamos probando la ensalada thai con vinagreta de chiplote y naranja y seguimos con el suculento solomillo relleno de castañas y una deliciosa la merluza con costra de almendras y, para refrescar el paladar, saboreamos un delicioso helado casero de vainilla con coulis de fresas silvestres y velo de Coca-Cola. 

Para continuar la noche, pasamos a degustar unos cócteles en el espacio del fondo del local, donde nos sorprendieron unos espectáculos circenses que nos recordaron a locales del London más canalla y glamouroso como Circus. De repente aparecieron unas chicas practicando pol dance en su tránsito por la barra hidráulica de esta zona trasera, en la que parece todo puede ser posible. Y es que tenemos clara una cosa, volveremos a perdernos entre el tumulto de la noche en este local emblemático de la calle Comerç.