El reparto de estrellas Michelín de hace unos meses ha provocado la histeria colectiva entre aquellos foodies de la sala que no hacemos otra cosa que ir haciendo reservas a diestro y siniestro para dejarnos seducir por la alta cocina de esos restaurantes de los que todo el mundo habla. Inaugurándose en este selecto grupo de locales estrellados encontramos a Clos Madrid, un restaurante donde la vanguardia y la materia prima de mercado son el éxito que ya muchos se saborean.

Marcos Granda, sumiller y propietario del conocido Skina en Marbella atraca en Madrid con este Clos Madrid donde su chef Víctor Infantes reinterpreta su sueño gastronómico

Localizado entre Nuevos Ministerios y Cuatro Caminos encontramos el negocio del sumiller asturiano Marcos Granda, el sueño de toda una vida que al nombre de Clos Madrid y con Víctor Infantes como chef recupera la afición por la hospitalidad de aquellas casas de comidas de antaño y esa gastronomía respetuosa y comprometida con los pequeños productores, con la proximidad.

Un restaurante que mirando completamente al futuro no pierde de vista el pasado mientras las materias primas de cada estación se encargan de hablar por sí solas. Un local minimalista ni muy grande ni muy pequeño al que se accede por una pequeña barra que da paso a un salón luminoso en colores neutros, cocina vista y bodega acristalada. 26 comensales en sala y 6 más en salón privado desde donde decantarnos por dos tipos de menús (de 8 platos y 3 postres o 3 platos a elegir) que nos pondrán muy complicada la elección.

Desde sus carabineros y yema de huevo con reducción de sus cabezas, callos de bacalao a la madrileña, arroz de pichón, merluza y su pil pil, molleja y puré de salsifi, lomo bajo madurado y pak choi a la brasa y panal de chocolate y caramelo del menú a la carta a la oreja crujiente, el cocido madrileño, la codorniz royal guisada con boletus confitados, el puré de colinabo con crudité y caviar, el ruibarbo y limón o la natilla madrileña de su menú degustación que habla a cada uno de sus platos.

Texturas reconocibles y sabores absolutamente profundos que hacen trascender a cada una de las especialidades más allá de la propia materia prima y que nos hacen entender, una vez más, porque han estrenado estrella en su marcador. Una cocina que se pone al servicio de los alimentos que cada semana más brillen en el mercado y donde se respira trabajo en equipo, excelencia y emoción en cocina y una verdadera pasión por los matices elevados al enésimo gusto. ¡Gracias!