Sí, sabemos que hemos dicho los cuatro y no los cinco sentidos. Pero ha sido a propósito, pues en Dine in Dark la gracia está no sólo en cenar sino en hacerlo a oscuras.

Una experiencia única y sensorial en la que te darás cuenta de lo inteligentes que son los invidentes, ¡y lo vagos que son tu gusto, tacto y olfato!

Con una localización estratégica como lo es la calle del Carme, éste es el segundo Blind Restaurant de la ciudad pero no por ello el peor (hemos probado ambos). El concepto, potente e innovador, propone tener literalmente una cita a ciegas. Antes de entrar a la sala oscura tú y tu compañero escogeréis uno de los tres menús que ofrecen con distintos precios y cantidad de platos, pero no sabréis cuáles serán los ingredientes de éste. He ahí el quid de la velada, donde un camarero con gafas de visión nocturna irá sirviéndoos diferentes platos y copas de vino y vosotros tendréis que tratar de averiguar qué demonios os estáis comiendo. Según lo lees parece fácil, sí, pero aquí una servidora confundió el pollo con el pescado. Al finalizar la cena saldréis a la luz y el mismo camarero que os ha servido jugará con vosotros a ver si habéis acertado lo que comisteis, enseñándoos imágenes de cada plato en el ordenador. Lógicamente no os vamos a desvelar qué es lo que nos han servido, pero lo que sí os podemos asegurar es que los ingredientes son de calidad. Resulta increíble ver cómo aquellas cosas que nos encanta comer nos dan un poco de «repelús» cuando las comemos a oscuras, y, sobre todo, cómo desconfiamos de ellas.

Lejos de la parte divertida de esta actividad, se encuentra un punto ético más que interesante. Siempre tendemos a considerar a los invidentes como personas discapacitadas que por tanto son ‘inferiores’ a nosotros, pero lo cierto es que no hay mejor forma que ésta para darnos cuenta de lo poco desarrollados que tenemos el gusto y el olfato y lo que éstos se agudizan cuando la vista nos falla. Además, te sorprenderás de lo rápido que ha pasado el tiempo cuando salgas a la luz y veas la hora que es. Porque lógicamente, no está permitido entrar ni con móviles ni con ninguna otra cosa que aporte un mínimo de luz y pueda darte pistas.

¿Alguna vez te has encontrado completamente a oscuras en algún sitio? Te aseguramos que dormir cada noche en tu habitación dista mucho de la más remota oscuridad. Eso sí, ¡claustrofóbicos al margen! Cenar en Dine in Dark te costará, de media, unos 40€.