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Ariana Díaz Celma

Su simple presencia descubre que, aunque nacido y criado en Los Angeles, sus raíces puertoriqueñas han influenciado un carácter tan dramático como cercano y humilde. Dorian Wood acaba de lanzar su tercer disco, Rattle Rattle, un trabajo que podríamos resumir como una ópera folclórica pop. Algunos le comparan con Antony Hegarty (el de los Johnsons, exacto), otros le ven más cercano a Tom Waits o Nick Cave. Lo cierto es que su ambigüedad sexual -algo que se percibe a simple vista-, su aura ‘performancera’ y una infancia marcada por la música, contribuyen a que su música tenga un carácter único y que sus tracks, aunque cada uno de su padre y de su madre, tengan un hilo conductor que los reune como un disco uniforme y triunfador. Tras su primer largo Bolka (2007), el Ep Black Pig Suite y un segundo disco llamado Brutus (2010), le hemos pillado en plena gira de presentación de Rattle, Rattle. Canela fina.   

En la nota de prensa de tu último disco se comenta que tu música sólo la podrán entender aquellos que alguna vez se han sentido incomprendidos. ¿Te consideras uno de ellos?

Sentirse incomprendido es algo universal, creo que todo el mundo lo ha sentido alguna vez. Para ser concretos, en el nuevo álbum intento hacer un paralelismo con el fin del mundo e intento averiguar qué significa para cada persona: para algunos es algo más bíblico, para otros más ecológico… Para mí el disco, entendido como fin de todo, trata las distintas facetas de una despresión. Sé que puede sonar a cliché, pero ha sido una auténtica terapia y me ha ayudado a enfrentarme a lo que que más pavor me da y enfrentarlo. A la vez, ha sido muy inspirador, pues los cuatro años que me ha llevado me han servido para hacer muchos amigos y conocer mucha gente interesante. Con el crowdfunding, método por el que he financiado el trabajo, he visto la ayuda que me ha prestado mucha gente y ha sido muy terapéutico.

Parece ser que hoy en día todo el mundo tira del crowfunding para llevar a cabo sus sueños. ¿Crees que es un arma de doble filo?

Depende de la circunstancia. Es un método que creo debe dejarse para la gente trabajadora, a la que le cuesta encontrar cierta cantidad de dinero para llevar a cabo un proyecto. Cada vez más artistas establecidos lo utilizan también. Obviamentem luego generan grandes ganancias y no me parece justo. Sólo piden dinero para poder relacionarse con su público, pero no es un gesto honesto. No obstante, no creo que esto signifique que quiten oportunidades a otros artistas más pequeños, pues todo el mundo tiene su comunidad, y más hoy en día con herramientas como facebook y twitter.

‘Rattle, Rattle’, tu tercer disco, es una auténtica amalgama de sonidos. Si ‘Americana’ es una balada en el sentido estricto de la palabra, ‘Glasselalia’ tiene algo de folk y ‘La Cara Infinita’ es casi un quemapistas de club. ¿Cómo definirías tu sonido? ¿Qué influencias tienes?

La verdad es que los dos años previos a trabajar con el disco estuve expuesto a muchos tipos de música. He hecho mucho caso a lo que me han dado mis amigos y he escuchado de todo. No obstante, creo que un buen punto de inflexión fue cuando un buen amigo me introdujo hace unos diez años a la música búlgara. Luego investigué el jazz y lo experimental, pero el folclore me ha influenciado mucho. De hecho, en casa de pequeño escuchaba mucha música intilimani, hecha por chilenos exiliados en Italia durante la dictadura de Pinochet. Supongo que el disco es un cúmulo de todas estas experiencias. ‘La Cara Infinita’, por ejemplo, empezó casi como una improvisación y una excusa para trabajar con Eddika Organista, mujer y artista a la que admiro.

De hecho tu trabajo siempre ha estado marcado por la defensa de los derechos de la mujeres. ¿Qué opinas sobre lo que está pasando ahora mismo en España con la nueva ley del aborto que se quiere aprobar?

Anoche estuve hablando de este tema con mi banda, me parece una auténtica tragedia. Esta ley sólo esconde una desgracia mucho mayor que nos acecha desde hace tiempo: el uso del poder para oprimir a la gente de clase trabajadora y, sobre todo, a las mujeres. En Estados Unidos este debate también sigue vivo. Aunque se remitan a lo que dice la Biblia para excusar leyes como esta, lo único que veo aquí es una lucha descarada por controlar el cuerpo de la mujer. Yo fui criado por una madre divorciada, rodeado de hermanas y tías, así que respeto incondicionalmente la fuerza y la humanidad de la mujer. Creo que si este tipo de opresión sigue sólo se podrá contestar de forma reaccionaria y violenta. Con los progresos que había hecho España hasta la fecha, es increíble como están a punto de retroceder décadas.

Hablando de mujeres con carácter, has colaborado con Marina Abramovic. Cuéntanos cómo surgió…

Formé parte de un coro que organizó en Los Angeles para el Museo de Arte Moderno (MOCA) y ha sido una de las experiencias favoritas de mi vida. Además, Abramovic es una persona muy trabajadora, generosa y disciplinada. Es curioso porque en ese tiempo surgió la polémica a raíz de una crítica que le hizo otra coreógrafa, que la acusó de no pagar bien a la gente que trabajaba para ella y de usar sus cuerpos desnudos.

¿Cómo reaccionasteis vosotros?

Nos quedamos bastante desconcertados porque no entendíamos nada. Marina nos reunió y nos dio la oportunidad de abandonar, pero nadie lo hizo. Es curioso porque a la vez surgió otra polémica que no vio la luz y sí me pareció seria. Abramovic quería usar cuerpos masculinos y el museo no se lo permitió porque un señor desnudo podía incomodar a los hombres de negocios que visitaban la exposición. Obviamente, los cuerpos femeninos no eran problema alguno. Esta experiencia fue muy inspiradora a la hora de componer ‘La Cara Infinita’ y de hacer el videoclip, en el que aparecen dos cuerpos masculinos degradados para mostrar la explotación de la carne. 

Está claro que tu trabajo ha estado siempre muy vinculado al mundo del arte. Cuéntanos, además de música, ¿qué has hecho?

De momento he sacado tres discos, pero sí es cierto que he trabajado mucho el arte de la performance y que he utilizado mucho mi cuerpo desnudo para mostrar al público que es posible enseñar la desnudez sin que se trate de manera agresiva o sexual. Para mí quitarme la ropa no es ser vulnerable, sino que es como llevar un traje especial. Además, mi cuerpo es curioso porque creo que tiene algunas partes más femeninas que masculinas. Y, de hecho, con ropa a menudo me siento inseguro, estar denudo me da un control extra y mucha fuerza. Este trabajo me ha ayudado a superar muchos traumas relacionados con mi físico y a aceptarme tal y como soy.

Siendo una persona tan romántica, parece raro que no te hayas decidido por un formato como el vinilo hasta tu tercer disco…

Se trata de una cuestión puramente económica. Y fue gracias al apoyo de World Music que lo lanzamos. Para mí se trata de un formato único, que te transporta a una era en la que los bienes materiales eran más especiales. 

Tus hotspots favoritos son…

Cacao, un mexicano muy fancy que está en Eagle Rock, mi barrio. También me encanta dar vueltas en Forest Law, un cementerio enorme que es casi un parque en el que me encanta pasar horas. La verdad es que no me gusta salir mucho, así que uno de mis lugares favoritos sería también mi casa.

No puedes parar de escuchar en modo repeat…

El MBV de My Bloody Valantine y The Limiñanas, un grupo francés de psicodelia.

Nunca pensabas que terminarías…

Hay tantas cosas que he hecho y nunca pensé que haría que no sé por dónde empezar. El arte, la música, conocer a la gente que he conocido. Supongo que nunca pensé que mi vida cambiaría como lo ha hecho en los últimos diez años.

Para ti ser good2b es…

Ser.