El mundo hiperrealista de la ilustradora Anna Roberts
A Anna Roberts, la ilustración le viene de familia. Desde niña se fijó por primera vez en los trazos de su padre, que destinó parte de su vida a la ilustración publicitaria de estilo hiperrreal, mientras su hija le observaba en los largos días que pasaba encerrado en el estudio.
Roberts se detiene a ver la luz y el color en todo lo que la rodea, simplificando las cosas que forman parte del mundo
Desde Yorkshire, Anna trabaja una técnica propia y compleja a la que ha denominado realismo filtrado, con tonos pasteles como principal paleta de colores sobre papel de algodón que le permite un manejo delicado y preciso de la luz y sus reflejos, plasmando como nadie escenas cotidianas y cosas tranquilas a las que muy pocos prestan atención.
Precisamente la clave de su estilo hiperrealista reside en observar fijamente, detenerse a ver la luz y el color en todo lo que la rodea, simplificando las cosas que forman parte del mundo. Para cada una de sus series, Roberts realiza cantidad de fotografías que luego elige cuidadosamente por la conexión que mantienen entre ambas, después crea muestras de pintura con los colores principales que tiene cada imagen y luego los mezcla con una esponja.
Paisajes de ensueño, atmósferas de sensibilidad y relajación que transmiten la paz que uno siente cuando camina por lugares desconocidos de una ciudad en vacaciones, la brisa fresca de alguna calle de España una mañana de primavera, una tarde en una terraza en un café del sur de Francia viendo cómo la gente viene y va… Y es que- como ella misma dice- es en los viajes, cuando sus sentidos se intensifican y cuando está más presente en el momento se encuentra.
También nos enseña su especial relación con los objetos, como esta bolsa de jugosas naranjas tan reales que casi se puede escuchar el crujido de plástico, como la luz omnipresente conquistando un vaso de agua. Sus obras de arte son tan fieles a la vida que solo después de una considerable atención se resuelven.
Así que tómate un respiro, siéntate y conecta con el mundo de Anna Roberts, uno poblado de calma, donde todo es más amable y las cosas suceden más despacio.
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