Más de uno habrá oído hablar de ‘lo nuevo’ de El Filete Ruso, pero pocos son los que ya han descubierto las bondades de la que predecimos será una de las terrazas más disputadas de Barcelona este verano. En la céntrica calle Mallorca, aunque haciendo esquina con el pasaje que da nombre a este nuevo restaurante, encontramos El Mercader del Eixample, un lugar que se aleja del mundo de la hamburguesa para sumergirse en el del producto local y tradicional catalán, siempre de proximidad. De su hermano mayor heredan la pasión por la materia prima ecológica y de kilómetro cero, procedente de productores y agricultores de la zona, aunque también de su huerto propio, un terreno de 300 m2 ubicado en el Parque de Collserola.

El Mercader del Eixample es el nuevo restaurante de la familia de El Filete Ruso

Ha quedado claro, pues, que el producto puro y duro es el protagonista absoluto de una carta que decide centrarse en una acertada cocina tradicional catalana. El espacio también hace honor a la vuelta a las raíces: discreto pero elegante, acogedor pero moderno. Pasemos ahora a lo que importa realmente, qué se sirve en la mesa, espacio donde se evita el uso de transgénicos y se recuperan productos de l’Arca del Gust y Baluard, por poner algún ejemplo. Un conjunto de platos de toda la vida servidos con gracia y cocinados con gusto, que nos recuerdan al recetario tradicional catalán, aunque con una necesaria vuelta de tuerca que actualiza lo que se sirve en la mesa. Nombres como el canelón a la barcelonina, el clásico fricandó, el trinxat de col y patata con butifarra negra de Cal Tomàs, o las croquetas de pollo ecológico dan pistas de por dónde van los tiros.

La carta viene acompañada de un delicioso menú de vinos naturales y ecológicos, que llegan de diversas bodegas nacionales y que se han escogido en colaboración con el siempre fiable Monvínic. Lo mejor es que cambia cada mes, lo cual es siempre inspirador y un buen motivo para repetir.

Comer o cenar en el Mercader de l’Eixample te costará a partir de 25€, que se pagarán con gusto, especialmente si se encuentra mesa en su agradable terraza-jardín.