El sushi ya está en nuestras vidas de la misma manera que el calor, este verano, corre por nuestras venas o las temporadas de Juego de Tronos van cayendo todos los días de madrugada. Lo que en un principio era sinónimo de cosmopolitismo, ahora ha calado tanto en nuestra cultura que lo mismo nos zampamos un temaki que pedimos unas bravas. Así somos y así se lo contamos, pero queremos que nos sorprendan, pretendemos que la comida nipona vuelva a dejarnos con la boca abierta y que nos haga sentir de nuevo aquello que sentimos cuando le dimos el primer bocado a un sashimi bien fresco. En Enso Sushi lo hemos conseguido.

Situado en plena Castellana y apostando por la moda raw fish (pescado crudo) -que parece que sigue planteando algún que otro repunte que nos hace amarla por encima de cualquier tapa sobre la mesa-, Enso Sushi se propone a sí mismo como el lugar donde volver al origen de la historia más foodie.

Poca fusión y mucho sabor con gancho, de siempre, el que nos ofrece el chef chileno Patricio Alarcón en cocina

Localizado en las mismas coordenadas en las que en su momento se encontró el ya icónico Nikkei 225, y amparado por sus sedes en Murcia y Alicante, la cocina japonesa encuentra su versión haute cuisine en las barras de preparado de Enso Sushi y todo gracias a su propietario Antonio Bernal, auténtico especialista en la cultura asiática.

Los amantes del sushi no tendrán ninguna duda de dar su visto (más que) bueno a este restaurante, que no adscribe sin más a la tendencia en alza de abrir otro local de sushi más y sí de proponer calidad por encima de todo y un producto que encuentra sencillamente la excelencia. Más de una veintena de pescados (sargo, pescado de roxa, seriola, lubina, bonito…) a los que meter mano en cocina y presentar en la versión que mejor quiera el cliente que tiene su boca hecha agua.

Platos que van desde el tartar de atún, al timbal de pez limón, pasando por el uramaki de atún picante, el nigiri enso, el futomaki de cangrejo tierno, la tempura moriawasi, el calamar empanado o ika furai o el delicioso uramaki arcoíris. Especialidades que acompañan a otras ricas propuestas como el sashimi toro, la vieira enso o ceviche de pez limón y que sin duda volverán más que locos al cliente que se entrega a la causa.

Un local purista donde los haya que merece la pena conocer y donde cualquier tipo de idea preconcebida cae por su propio peso porque el nivel gastronómico es tan bueno que quedamos sin palabras. Sigamos comiendo, pues. Al fin y al cabo es para lo que hemos venido, ¿no?