El porno indie de Erika Lust es una revolución multidimensional. La sueca radicada en Barcelona creó un mercado tremendo en la cinematografía erótica a partir de una necesidad social, pero, sobre todo, femenina.

Lust está convencida de que debe haber muchas más mujeres implicadas detrás de las cámaras de la industria

Con Erika se acabó el porno abusivo, el porno misógino, el porno doloroso y el porno por y para hombres. Ella entiende que el sexo es una vía de doble sentido que implica a dos individuos y que busca el placer mutuo, no el de uno a costa del otro. La propuesta alternativa de Lust acaba con la mentira del porno tradicional, del que nos impone cómo debe ser el sexo según unos pocos, imagen que dista mucho de la realidad.

Su cine propone una estética radicalmente diferente al porno industrial, además de construirse sobre conceptos y fantasías realistas. La de Lust es una pornografía casi romántica y disruptiva en muchos sentidos. Uno de ellos, su proyecto XConfessions.com, una plataforma de crowdfunded porn donde quien quiera puede proponer sus fantasías sexuales para ser llevadas a la pantalla por ella misma.

Los pilares sobre los que trabaja Lust sintetizan perfectamente la esencia de su cine: primero, «el placer femenino importa»; segundo, «el cine adulto puede tener calidad cinematográfica»; tercero, «necesitamos más diversidad de cuerpos, edades y razas»; y cuarto, «el proceso de producción debe ser ético». Así, Lust quiere resaltar un sexo inteligente con el que el espectador se pueda identificar y donde la erótica femenina tenga un papel relevante y termine con la hegemonía sexual masculina del porno mainstream.

Para que eso suceda, Lust está convencida de que debe haber muchas más mujeres implicadas detrás de las cámaras de la industria, por lo que acaba de realizar un llamamiento internacional para trabajar con todas las mujeres del mundo, directoras de cine o no, que quieran implicarse en esta faceta tan importante del feminismo. Su productora, Erika Lust Films destinará 250.000€ para financiar la perspectiva femenina del cine adulto de estas mujeres, además de ofrecer asesoría legal y de producción, sin dirigir ni coartar la libertad creativa de cada participante.