La Casa Encendida celebra sus 20 añitos con una programación que recibe el título de Las favoritas de, y esta vez es el turno de la cineasta Carla Simón. Así, la directora de Alcarrás configura una sesión con las películas que más le han gustado durante los últimos dos años, vistas en festivales. Estos filmes, como los suyos propios, se caracterizan por el naturalismo, la exploración de la memoria y las emociones que provocan la fascinación del público. F: Tilda Swinton en La hija eterna, de Joanna Hogg

La reconocida cineasta española nos recomienda cuatro cintas intimistas galardonadas en los últimos dos años

El ciclo empezará con la cinta boliviana El gran movimiento, de Kiro Russo, en la que el director recupera al personaje de su primera película para terminar explorando nuevas formas del cine político mediante un relato oscuro, libre y penetrante. A esta la seguirá ¿Qué vemos cuando miramos al cielo?, de Alexandre Koberidze, toda una oda al amor, al verano, a la ciudad de Kutaisi y a la belleza de la cotidianidad que se trunca por un mal de ojo. Por último, podremos disfrutar del visionado de Geographies of Solitude, de Jacquelyn Mills, un viaje poético en el que cine y naturaleza son los compañeros incansables de la única habitante de Sable Island, Zoe Lucas.  

© Geographies of Solitude, de Jacquelyn Mills

Además de estas películas multipremiadas en diferentes festivales, La Casa Encendida nos traerá el preestreno en España de La hija eterna, de Joanna Hogg, en la que Tilda Swinton protagoniza una fantasmagórica historia que la ha llevado a su mejor actuación de este año. 

Carla Simón ya es uno de los referentes del cine español actual, no solo porque así lo acreditan los galardones que ha recibido su último film Alcarrás, sino por lo que ya demostró con Verano 1993: su capacidad de transmitir emociones con un potentísimo intimismo. Es por esto que La Casa Encendida la ha elegido para configurar un ciclo de cine que nos remueva por dentro, con cintas que la propia cineasta ha considerado inspiradoras. ¿Qué más se puede pedir?