Los grupos cuyas melodías se te quedan adheridas al cerebro y no hay dios que las suelte me fascinan.
Fighter Pillow (Barcelona) es un buen ejemplo de ello. Es la típica banda que descubres gracias a la insistencia de ese colega que no te deja vivir hasta que no le acompañas al concierto, ese al que finalmente accedes a ir, aunque te encargas de dejar claro que «no he escuchado nada». Curiosamente, en ese concierto en el que pensabas que te ibas a quedar codo en barra sin hacer mucho caso, te descubres en el medio de la pista, casi delante de todo, moviendo la cabeza convencido, y con un cosquilleo nostálgico en la barriga que te impide parar. Pero lo mejor sucede al salir. De repente, casi por arte de magia, estás chapurreando las canciones de ese grupo que «no he escuchado en mi vida», y al día siguiente estás pegado a su bandcamp y apuntándote a todo evento de facebook donde aparezca su nombre.
Temas, sensaciones y gritos de guerra muy actuales, con sonidos y estructuras que nos llevan ‘back to the past’
Si es que los ’90 marcaron mucho, y hay ciertos sonidos que nos dan tal cortocircuito placentero, que a ver quién nos saca la sonrisa. A
Eli Molina, fundadora del grupo, le debe pasar lo mismo, y a modo de relato musical, fue construyendo una a una las canciones que componen el Lp de debut
Fighter Pillow. Con los cimientos ya consolidados, entraron en la formación, acabando de redondear el proyecto,
Rubén (
Maika Makosvki,
Ainara Legardon) al bajo,
Manu (
Black Islands) a la guitarra, y Alfonso ‘
Pocho‘
(lo:muêso) a la batería. Un escuadrón de lujo que aportaron su buen hacer musical, y su buen rollo generalizado al carisma y las geniales melodías de Eli. Temas, sensaciones y gritos de guerra muy actuales, con sonidos y estructuras que nos llevan ‘back to the past’. Un rock noventero, con pequeños azotes de punk, y la voz de Eli, entre rasgada y despistada, llevando el argumento con proclamas más indies. En la pasada edición del
Primavera Club, dejaron más de una boca abierta con su actuación, y en Good2b estamos seguras de que Fighter Pillow se están convirtiendo en ese grupo honesto y cañero que tanto necesitábamos en la escena local. Estuvimos hablando con ellos de cosas importantes y otras más absurdas, la confianza es lo que tiene, aquí el resultado…
Se dice, se cuenta, se rumorea, que fuisteis una de las revelaciones locales del Primavera Club 2014. ¿Cómo fue ese bolazo que disteis y que tantas bocas abiertas dejó?
Lo vivimos con ganas porque nos gusta tocar y disfrutar. Ese día tuvimos un montón de imprevistos antes del concierto que hicieron que cualquier atisbo de nervios se fuera por la alcantarilla. Lo pasamos muy bien tocando y todo sonaba genial, al menos para nosotros.
¿Os ha abierto puertas este concierto en concreto?
Las puertas normalmente las intentamos abrir nosotros para no sufrir ningún accidente (jajaja). Tocamos y recibimos buenas críticas. Nosotros seguimos haciendo.