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Alejandra Chacón de Azúa

Es muy fácil que una obra de arte te genere diversidad de sentimientos y sensaciones: te traslade a otros momentos de la vida, te recuerde situaciones vividas, o que simplemente te haga volar la imaginación y te lleve a ese lugar que siempre has querido ir. Por eso, hoy hablamos de Greg Burak, quien ha conseguido que volvamos a sentirnos en los años ’70 con sus super-narrativas obras de arte.

Las pinturas figurativas de Burak te trasladan a otra época

Con una estética sólida, sin líneas marcadas y colores naranja, marrones, amarillos y algún toque de verde, las pinturas figurativas de Burak te trasladan a otra época. Al observar sus lienzos, y gracias a la paleta cromática utilizada, te da la sensación que estás sentada en uno de esos sofás de los años 70, con patas cortas y de madera, escuchando música de un tocadiscos, tomándote un té y fumándote un pitillo (a modo de película). Pintadas en óleo y acrílico, sus obras se construyen como escenas individuales, que a veces, parece que estén en plena acción. Ese es el caso de uno de sus lienzos, donde se ve uno de sus personajes cayendo. No se ha caído, no se está por caer; se está cayendo en ese mismo momento. 

Greg Burak, nacido en la región de Nueva York, y graduado en arte y diseño, considera que el pintar se trata en cierta medida en solventar problemas. Sus inspiraciones han sido las pinturas renacentistas, que lo han fascinado por su increíble construcción y el tratamiento de las historia contadas. Además, y más recientemente, ha ido cogiendo ideas del cine, y más concretamente de las películas de Stanley Kubrick, las que considera, son hipnotizantes.

Si quieres saber más sobre Burak, no dudes en entrar en su página web y ¡vive como si estuvieras en el pasado!