La firma de café barcelonesa Hidden Coffee Roasters (HCRBCN) abrió en plena pandemia su segunda cafetería en Barcelona. Tras su debut en Les Corts, El Born ha sido el barrio escogido para seguir transmitiendo su pasión por el café. Con tan solo unos meses de rodaje, ya se ha convertido en un referente del café de especialidad en el barrio (y con razón). F: Cortersía de Hidden Coffee Roasters

En HCRBCN trabajan codo con codo con el país de origen, con el objetivo de tener trato directo con los pequeños productores locales de café

Para muchos, el café es un indispensable del día a día, el motor con el que arrancamos cada mañana y que nos mantiene a flote a lo largo de la jornada. Además -y por suerte-, nos hemos acostumbrado a que no nos den gato por liebre. El café de especialidad se ha colado en nuestro quehacer diario y, una vez forma parte de la rutina de muchos, ya no hay marcha atrás: el torrefacto pasa a mejor vida. HCRBCN entra en posición preferente del primer grupo, con una selección de cafés con los que puedes llegar a descubrir un mundo de sabores y matices maravilloso. Sí, sí, no exageramos. 

En Hidden Coffee Roasters se vende y sirve el café con nombre y apellidos, además de la información de toda su trazabilidad: cada uno tiene su propia historia, que debe ser contada con propiedad

Para el equipo de HCRBCN, la clave está en cuidar el producto: su filosofía y modus operandi se basan en trabajar codo con codo con el país de origen a través de viajes a Brasil, Colombia y Etiopía, principalmente. Es precisamente ese trato directo con los pequeños productores locales lo que les permite conocer de primera mano el producto. Pero todavía más importante: promueven un mercado sostenible en el que se paga un precio justo por cada kilo de café. Es por eso que HCRBCN vende y sirve el café con nombre y apellidos, además de compartir la información de toda su trazabilidad. «Cada uno tiene su propia historia, que debe ser contada con propiedad».

Asimismo, sus espacios están diseñados para degustar el café a través de una experiencia que puede ser desde divertida a apetitosa. El inconfundible aroma te recibe desde la calle y sigue hasta el interior de sus cafeterías, sobrias y confortables, donde la experiencia sensorial a través del olfato está más que asegurada. La guinda la ponen los baristas, que se encargan de transmitir sus conocimientos acerca del producto y sus propiedades, para mejorar, todavía más si cabe, la experiencia.

Aquellos que no sean muy fans del café también tienen una propuesta top para poner el cuerpo a tono: el matcha, que cada temporada viaja desde los granjeros de Wazuka en Kioto (Japón) hasta el local de HCRBCN del Born para servir un té exquisito.

Solo hay otro elemento en el universo de HCRBCN que hace competencia a su café: el lince ibérico. Desde su nacimiento, el equipo ha establecido un símil entre el animal -la especie de felinos más amenazada del mundo, que ha empezado a repoblarse con éxito en España- y el mundo del café de especialidad. Este proyecto manifiesta la necesidad de devolverle al café y a sus productores la atención y el trato que merecen; y qué mejor para lograrlo que a través de una forma de trabajar el producto respetuosa. Y, sobre todo, reeducar el paladar de los clientes. Nosotros estamos más que dispuestos (y encantados) de saborearlo y disfrutarlo en cada sorbo. ¿Y tú?