La mirada de Hiroji Kubota
No es fácil retratar con fotografías las contradicciones de la era contemporánea, y menos, si se trata de capturar la complejidad de la cultura que más conoces y amas: la tuya. Quizá por eso Hiroji Kubota esperó a la edad de 60 años y a haber recorrido más de 40 países en busca de las mejores fotografías para dirigir la óptica de su cámara hacia su país natal, Japón.
Cuando al fin dio el paso en 1999, dedicó cuatro años a visitar todas las prefecturas de un estado que ha cambiado radicalmente desde la restauración Meiji. A lo largo de los últimos 150 años Japón se ha convertido en un referente de modernidad e innovación tecnológica hasta el punto de albergar el tren más rápido o los robots más sofisticados. Aun así, sigue conservando intactas muchas de sus tradiciones y su meticulosa artesanía, y cuenta con uno de los deportes más antiguos que aún se siguen practicando, el sumo.
Kubota, miembro de Magnum Photos, quiso hacer justicia a toda esta complejidad nacional, y fotografió detalles, rincones e instantes como tan solo alguien nativo puede hacer: huyendo de los estereotipos para reflejar la realidad más cotidiana y profunda. Templos antiguos, el paso de las estaciones, los rituales y las tradiciones se entremezclan con la industria y la celeridad propios de la modernidad y configuran una colección paradójica de 185 imágenes que se recogen en el libro Japan.
Este es tan solo uno de los numerosos trabajos realizados durante los más de 50 años que Kubota ha dedicado a la profesión. Sus imágenes le han llevado a hacerse un nombre en el mundo del periodismo fotográfico además de recibir varios premios y exponer en galerías y museos por doquier. Y no merece menos, este prolífico fotógrafo ha tenido la oportunidad como pocos de capturar la singularidad desconocida de China y Corea del Norte, además de fotografiar en Estados Unidos y diferentes países del sudeste asiático.