En cuestión de meses, la temperatura de nuestro particular termómetro para detectar hotspots está subiendo peligrosamente en Paseo San Juan y alrededores. Esta vez es un peso pesado el responsable de alborotar el mercurio que mide la capacidad de persuasión de las cosas bien hechas. El sello Hofmann se instala en un modesto local de dos pisos en el recién estrenado paseo, lo reforma y le da el calor propio de la casa, tanto en materia de decoración como con lo que se sirve en la mesa. El resultado es un espacio sin pretensiones pero cómodo y elegante, aderezado con plantas, situadas en un bonito jardín interior en su piso superior, pero también en el papel de las paredes. La carta varía dependiendo de la altura en la que se decida comer, y ofrece una apuesta más informal en el principal y otra más elaborada si uno decide comer en las alturas del restaurante.

Hofmann abre en el recién reformado Paseo San Juan su Bistrot, un espacio con dos pisos y dos opciones gastronómicas

La planta baja del Hofmann Bistrot podría ser un bar al uso del barrio, si dejáramos a un lado el hecho de que Mey -merecedora de una estrella Michelín por su restuarante situado en el 14 Granada del Penedès y fundadora de una de las escuelas de hostelería más respetadas del momento- está detrás de su carta. En ella, encontramos opciones para todas las horas del día, ya sean desayunos, vermuts, meriendas, picoteos o cenas informales. Como no, los delirantes croissants de la casa Hofmann, así como los financiers -por algo Mey también cuenta con una de las mejores pastelerías de la ciudad-, y los bocadillos con el sello de la casa dan la bienvenida al menú. En la carta, además, también puedes encontrar tapas como sus ya míticas croquetas de ‘rostit’ de ternera, los calamares a la andaluza y mayonesa de bergamota; los buñuelos de morcilla, manzana y celerí; o el huevo a baja temperatura con patata y sobrasada. No obstante, si tu visita al Hofmann Bistrot coincide con la hora del vermut, puedes pedir anchoas de Santaña, aceitunas con el aliño propio de la casa o las mitiquísimas gildas, tan cañís como sabrosas.

No olvides dejar un hueco para sus sorprendentes postres, que sellan la comida o cena con la excelencia marca de la casa Hofmann

En el piso superior se encuentra -hasta la fecha- uno de los secretos mejor guardados del barrio. Un coqueto comedor se convierte en el escenario ideal para probar el surtido de tapas que comparte con el piso inferior. Puedes seguir con auténticos delirios para el paladar como el tartar de corvina con fruta de la pasión y lima, las judías del ganchet estofadas con foie, los huevos en dos cocciones con setas y su royale, las vieiras asadas con gyozas de verduras en jugo de pescado con perfume de tamarindo, el bacalao con puré de boniato con un toque de vainilla y crema suave de parmesano, o el cochinillo con parmentier trufada y salteado de verduritas. A la vista está que los vegetarianos lo tienen complicado en Hofmann Bistrot, a favor de los fans de la carne y el pescado, que encontrarán aquí un paraíso hecho realidad a base de producto de primera. Su carta de postres replica con éxito la de su hermano mayor, la Taverna Hoffman, con auténticos hits como la hamburguesa de chocolate, el huevo de coco con maracuyá, el tiramisú crujiente o la asombrosa tarta de queso, tan sabrosa como vistosa -tiene la forma de camembert, envoltorio incluido-.

Comer o cenar en Hofmann Bistrot, una experiencia muy recomendable, costará a partir de 30€, dependiendo del vino con el que decidas acompañar los platos. El piso inferior reduce sustancialmente este precio, que dependerá de volumen de picoteo y será siempre popular.