Volvemos a la comida japonesa porque no hay cocina que más nos guste cuando lo que pretendemos es comer bien, apostando de manera segura y degustando cada uno de los bocados como si tuviéramos la capacidad de parar el tiempo con un chasquido de dedos o de palillos, en este caso. Por eso ponemos rumbo a Ikigai, un templo en esto de los quehaceres orientales y, más aún, del nigiri como greatest hit que no pierde comba en ninguna de sus versiones.

Localizado a escasos minutos de la Plaza de España y diferenciándose de cualquier otro restaurante del tipo por su calidad, autenticidad y apego a lo que verdaderamente importa (lo tradicional y mágico de una gastronomía milenaria), Ikigai es el japo al que los japos también van. Un aliciente o nota a pie de foto que permite que creamos (mucho más) en lo que allí se nos ofrece y en la calidad de una materia prima cargada de sabores.

El chef Yong Wu Nagahira sabe ganarse al más fanático de la cocina japo con una propuesta atrevida que no se pierde en superficialidades

Un local en el que dar rienda suelta a tu antojo más nipón y donde el chef Yong Wu Nagahira se hace rodear de un equipo de excepción para que el cliente disfrute, viva cada plato y repita sin fin, de esta propuesta en el que no es japonés todo lo que reluce porque la magistral combinación con nuestra cocina le convierte en algo mucho mejor.

Platos que no dejan de sorprendernos como las gyozas de sobrasada de Mallorca y setas shitake, sopa de miso con setas shimeji, tofu, wakame y dashi de jamón ibérico, chawanmushi, tempura “Rock Shrimp estilo Nobu”, makis y uramakis a granel (probad el unagi cream), ceviche de salmón sobre lima, tartar de toro con huevo de codorniz o la joya de la corona, sus nigiris clásicos, templados o fusionados entre los que no podemos dejar de recomendar el gunkan de erizo de mar, el de vieira con mantequilla noisette, el de sardina ahumada, tapena de tomate y olivas, physalis en salmuera con salsa de buta kakuni o el de pez mantequilla con miso dulce flambeado. Todo un placer para la boca, los sentidos y para el recuerdo que te queda y que permite que coloques a Ikigai en tus top ten si lo que pretendes es dejar con la boca abierta a alguien.