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Ariana Díaz Celma

La de Insolent es una historia de dobles parejas, un menage à quatre que resulta en una cuatrieja muy bien avenida. Todo empezó cuando los responsables de sala Javier Custodio y Pedro Huerta decidieron formar matrimonio profesional con Miquel Garcia y Julià Castelló, que por su lado manejan a cuatro manos y con maestría la cocina de este restaurante. Todos han rodado, sin orden pero con concierto, por espacios como los premiadísimos Disfrutar, El Celler de Can Roca o proyectos internacionales de Paco Pérez. El rodaje en espacios Michelín les ha servido para interiorizar prácticas y técnicas que ahora llevan a su terreno, para mostrarnos la gastronomía desde una óptica muy particular, en un barrio que necesitaba un punto más a la hora de ofrecer gastronomía algo elevada, aunque sin pretensiones. F: Todas las imágenes cortesía de ERRE & Urechu

Insolent se presenta así como una de las pocas opciones gastronómicas de Gracia, aunque sin dejar de lado esa idiosincrasia ‘de toda la vida’ que tiene el barrio. Situado en los bajos de La Casa del Sol, una decoración amable y acogedora hace olvidar que uno se encuentra en un hotel y recuerda, a través de grandes ventanales, que está en una localización privilegiada de la ciudad: la carismática Plaza del Sol.

Territorio, tradición y técnica se entrelazan para facturar una carta que empieza con platos para comer Amb dos dits (con dos dedos). Aquí podemos encontrar locuras exquisitas como los xuixos, emblema de la casa y que traen direactamente de Girona cada día en un formato mini. Puedes pedirlo de pesto de cacahuete, mascarpone e higos o de estofado de cuello de cordero y mayonesa de Ras Al Hanout. Otros entrantes que hacen gala de la personalidad arrolladora del Insolent son el profiterol relleno de brandada de bacalao, reducción de Pedro Ximénez y anacardos o la tosta de anchoa 00 de Santoña, mantequilla ahumada y aceite de jamón ibérico.

Los xuixos, el postre insignia de la gastronomía gerundense, es uno de los platos más emblemátisos de Insolent, transformados en entrantes

Y como -según ellos- ‘compartir es vivir’, la carta sigue recetas impolutas pensadas para ídem. Ejemplos de ello son la tortilla abierta de butifarra del perol con patata, judía del ganxet y alioli de manzana al horno; la ensalada de verano con queso stracciatela, sandía, fresa, tomate, pesto de pistacho y cebolla morada, que amenaza con abandonarnos pronto; o el Pithivier de atún Balfegó relleno de guiso de sus carrilleras con salsa de naranja y kumquat. Otro plato a tener en cuenta es la caballa con ajoblanco, crema de almendra, emulsión de manzanilla y ajo negro; sin perder de vista otro de sus platos insignia: el arroz, que cambia según temporada y lo que se encuentre en el mercado.

Insolent redondea una propuesta original, y que no solo eleva la gastronomía del barrio sino también la de la ciudad, con una carta de postres concisa. Como no, capitanea la parte más dulce el dulce insignia con un xuixo que viene con sus mejores galas, relleno de crema de café, crema de Baleys, helado de café y salsa de leche; pero donde también caben opciones refrescantes como el Feshco», un postre a base de gel de limón, crema de aguacate, gel y azúcar de albahaca, acompañado de granizado de manzana y sorbete de limón.

Lo mejor de Insolent es que su carta de vinos está completamente alineada con los valores del restaurante. Cercanía y sabor se plasman en referencias a menudo insólitas. El restuarante trabaja así como ventana para dar a conocer hasta 50 caldos que esconden proyectos como ellos mismos: insolentes, aunque siempre divertidas.

Comer o cenar en Insolent te costará a partir de 40€, un precio más que razonable si tenemos en cuenta lo sorprendente de la propuesta.

Detalles




  • Dirección: Plaça del Sol, 23
  • Horario: L Cerrado ı M-S 13:00-15:30 20:00-22:30 ı D Cerrado
  • Teléfono: (+34) 93 217 59 67
  • Tipo: Restaurante
  • Web: https://restaurantinsolent.com/es/