Janatomo, el primer restaurante japonés de Madrid, es todo un tesoro en cuanto a gastronomía del país Nipón se refiere. Todo comenzó en 1974, cuando los japoneses Tomoyuki y Eiko Ikenaga llegaron a España para sacar adelante lo que sería el primer japonés de la capital, que se llamaría Hong Kong. Un restaurante que, debido a la dificultad de encontrar materia prima de calidad por aquel entonces, y a las grandes diferencias existentes entre la cocina europea y la japonesa, les obligó a tener que especializarse en comida china, mucho más adaptable a los no tan evolucionados paladares españoles. F: Cortesía de Janatomo

Que Janatomo fuera, en su origen, un japonés que surtía al comensal de ricos platos chinos cocinados por nipones no ha hecho otra cosa que potenciar, aún más, su leyenda

Platos chinos que, siendo cocinados por chefs japoneses, ofrecían una vuelta de tuerca aunando esas dos culturas y comenzaron a animar a una clientela fija a querer probar más exquisiteces de la tierra de los chefs de aquel Hong Kong que cada vez se desprendía más de las recetas más típicas del país vecino. De ahí que, entrados ya en los 90, el restaurante Hong Kong pasara a llamarse Janatomo (amigo de las flores) y comenzara a florecer como auténtico japonés en las manos ya del chef Hitoshi Ikenaga, hijo de los fundadores.

Un Janatomo que, retomando de sus orígenes las bases más sencillas y tradicionales de la cocina de sus antepasados, supo entender como pocos su propia evolución, ya en nuestro país. Una esencia que se observa en platos como sus espinacas con salsa de sésamo, berenjena frita con salsa de soja con copos de atún, sus pinchos de pollo asado, la vinagreta variada de wakame y pepino con pulpo y copos de atún seco, la ensalada con anchoas fritas y alga nori cubiertas de salsa ponzu, la sopa miso con verduras de temporada y tofu fresco, el huevo cuajado en taza de té con pollo y cangrejo, las lonchas de buey braseado con salsa ponzu, tempuras a elección o sus sabrosos y potentes sashimis, sushis, makis, nigiris, uramakis y hosomakis donde la variedad está servida.

Un sitio de referencia y con años de rodaje donde la experiencia es ya más que un grado y la vivencia, una obligada necesidad para paladares que siguen buscando algo exótico para recuperar su interés por aquello que se les ponga delante. En Janatomo lo consiguen con creces.