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Juan Millet

Alguna vez nos ha pasado que, caminando por la calle, ojeando una revista o viendo la tele, nos encontramos de repente con una imagen que nos llama la atención por encima del resto, que nos persigue el resto del día mientras le vamos dando vueltas a su significado… Pues es bien probable que alguno de estos momentos haya sido por causa de Javier Jaén. Su trayectoria profesional lo ha llevado al MoMA, al CCCB, a The New York Times, a The New Yorker, a trabajar junto a Almodóvar y a escribir un libro que ya va por su segunda edición. Su carrera habla por sí sola, y solo nos queda esperar qué será lo que haga la próxima vez. Sus registros son inacabables, y detrás de sus trabajos siempre vemos una vuelta más de tuerca, otra mirada de la misma idea que nos hace pensar un poco más allá de lo que tenemos delante. A propósito de su participación en la próxima edición del Festival Internacional de Creatividad, Arte y Diseño Digital de Barcelona OFFF 2023, hoy nos sentamos para hablar con el hombre que, a través de la imagen, nos hace pensar un poco más. F: © Javier Jaén

Hay siempre un monstruo con el que hay que aprender a vivir, pero hay que tenerlo en su sitio, darle de comer de vez en cuando, y atarlo bien para que no se descontrole

He visto que en otras entrevistas, a la hora de buscar cómo etiquetarte te han llamado diseñador, poeta visual, comunicador… ¡Y cosas peores! Las etiquetas ayudan mucho a los demás, pero a mí no me ayudan a la hora de abordar un proyecto. Tanto el diseño como la ilustración son herramientas que me ayudan a encontrar algo, no las considero disciplinas en sí mismas. ¿Qué me ayuda a explicar esta idea? ¿Una canción? Pongo una canción. ¿Una textura de madera o de plástico? Pues utilizo eso. ¿Esta tipografía? ¿Esta ilustración? Al final, mi interés reside en la comunicación. Pero lo importante es que la película, por decirlo de alguna forma, te haya hecho reír, llorar o tener pesadillas por la noche. Cómo encontrar la manera de explicar todo eso es lo que me interesa. No hago nada diferente de lo que hacemos todos. En el fondo, lo que hago en mi trabajo muchas veces es ser traductor. Es una idea que poco a poco me representa más. Entiendo lo visual como otro lenguaje, un texto que he de convertir en la portada de un libro o de una revista, en un producto, en un servicio, en una película o en 12 canciones para hacer un disco.

© Javier Jaén

¿Estás trabajando ahora en algo que te emocione? En general son proyectos muy rápidos, algunos de un día para otro, y los que son más largos no se pueden contar. La verdad es que tengo la suerte de tener ahora mismo varios encargos que son estimulantes, en los que creo que podré pasármelo bastante bien. En la charla del OFFF tengo pensado contar aquello que no vemos en internet, RRSS y eso. Arrojar un poco de luz, compartir esos momentos en los que lo quieres hacer bien y no sale nada, y estás super nerviosx, y te duele el estómago y no puedes dormir. Eso también me pasa, y me pasa muy habitualmente. Los que nos subimos a un escenario también tenemos cierta responsabilidad de contar esta parte, acaba siendo un poco como una terapia de grupo.

¿Creativos Anónimos? Nos pasan cosas similares y eso está bien, porque si yo no te digo que hay veces en las que estoy preocupado por si entra otro trabajo, vas a pensar que solo te pasa a ti. Y no es verdad.

¿Qué te inspira últimamente? Sería maravilloso que te dijera “los diseñadores polacos de no sé qué, y esa película, y ese libro…”, pero la realidad es que la última chorrada que me han enviado de TikTok también está allí. Intento que mi trabajo viva en el tiempo en que vive y en que ha nacido, y que se contamine de todas las cosas que están pasando. Por eso siento cierto rechazo hacia las etiquetas, como antes decía. No tengo la intención de romantizar mi trabajo.

¿Has sufrido del síndrome del impostor? Hay siempre un monstruo con el que hay que aprender a vivir, que siempre te tira un poco más para abajo; pero hay que tenerlo en su sitio, darle de comer de vez en cuando, y atarlo bien para que no se descontrole.

El cartel de la película Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, ilustrado por Javier Jaén. Cortesía del festival OFFF Barcelona

Tus trabajos se han podido ver desde en el MoMA hasta en el cartel de una película internacional como Madres paralelas, de Pedro Almodóvar. ¿Te interesa dejar huella en la historia? No me quita el sueño ese concepto de trascendencia, ni el legado, ni que le pongan mi nombre a la plaza mayor. Yo hago un cartel para hacer un cartel de esta película, no para cambiar la historia del diseño gráfico. Si la intención fuera la otra, probablemente tampoco me saldría. Con el cartel de Madres paralelas han pasado cosas muy fuertes. Ha sido la primera vez en la historia en la que Facebook y Instagram han lanzado un comunicado disculpándose, y en la que The Washington Post ha escrito que nunca había pasado nunca nada igual con otro cartel, y bienvenido sea. Pero la intención detrás del cartel jamás fue esa.

¿Te han censurado en alguno de tus otros trabajos? Sí, la verdad es que pocas veces y por las cosas más tontas y más infantiles. Estamos dando un poder a unas compañías privadas que tienen unas lógicas muy marcianas y simples en despachos opacos de otros países que tienen otros códigos morales, que de repente se convierten en nuestra ética moral, y esta es la consecuencia.

Y ya para acabar, ¿cómo ilustrarías una entrevista sobre Javier Jaén? Hay algo de examen sorpresa que espera que el otro, en este caso yo, de una respuesta genial de la que digan “¡hostia, qué bueno es!”. Pero la realidad no es así, la realidad es que tú me vas a hacer un encargo, y yo me voy a quedar aquí sentado pensando en mil ideas de mierda que no van a servir para nada y a lo mejor, mañana, doy con algo que no está mal del todo. Es habitual que después de una entrevista o charla alguien me diga que trabaja en un colegio, que quiere un logo… Y me pregunte qué haría. Pues para empezar, sentarme a pensarlo.