Con esto de volver a las rutinas, a la vida laboral y al ir despidiendo el verano con más melancolía que otra cosa, estamos totalmente desorientados. Un sentimiento muy típico de esta época que nos hace mal comer mientras nos perdemos en aquellos garitos locos donde lo primero que encontramos para comer o cenar, en casi todas las ocasiones, no es la mejor de las opciones. Por eso, me siento en la obligación de aconsejarte que antes de que pierdas tu tiempo y tu dinero, te dejes caer por La Barra de Sandó, donde esta vuelta a la realidad te será más leve. F: Todas las imágenes cortesía de La Barra de Sandó

Tanto si vas con prisa como si lo tuyo es apagar el móvil y tomarte tu tiempo, La Barra de Sandó debería ser tu antesala a un otoño que, a nivel gastronómico, no pinta nada mal

Situada en un espacio privado del hall del Hotel Santo Domingo, La Barra de Sandó es el paraíso de aquellos que disfrutamos del pintxo en todo su concepto y en los postres como broche dulce a una sobremesa de lo más sensacional. Un espacio donde la bóveda con paneles dorados y los grandes ventanales con los que nos topamos permiten que la luz inunde hasta el más escondido rincón. Una aliada más para dar brío y color a unas opciones sobre la barra y/o las mesas, que ya brillan con el simple hecho de salir de cocina.

Platos que si a la vista ya nos ofrecen ese chute de energía que necesitamos, en boca harán que tus ojos se pongan en blanco y tus papilas gustativas agradezcan la elección. Si no, solo hace falta que elijas su ensaladilla con boquerones caseros, la ensalada de codorniz escabechada y melocotones caramelizados o la de arenques con naranja y vinagreta de vodka, las croquetas de calabaza y zanahoria con un toque de yogurt, el huevo cremoso con tocino, el bacalao con piquillos a la cerveza, la oreja en salsa kimchi, sus chupachups de pollo con chutney de peras e higos o unas bravas que dejan sin aliento.

Una barra moderna pero con sabores de toda la vida y cuyas tapas y pintxos de autor serán las encargados de demostrarte que lo bueno, si es breve (en este caso pequeño), dos veces bueno.