Con la tontería, la playa de Bogatell se ha convertido en parada obligatoria de los foodies que se acercan a la playa de la ciudad para tostarse al sol. Si el otro día te hablábamos de las bondades de Vai Moana, hoy haremos lo propio con La Guingueta, el chiringuito de playa de Carles Abellán, responsable también del Tapaç 24, Comerç 24, Bravo o Suculent, por nombrar algunas de sus exitosas aventuras gastronómicas-, y de Joan Escribà, conocido por ser el rey de la repostería gourmet y el artífice de una de las mejores paellas de la ciudad.

La oferta de La Guingueta es más veraniega que la de los predecesores de la saga Abellán. Aquí encontrarás servicio de bebidas -imprescindibles sus zumos-, helados (del Rocambolesc de los hermanos Roca en Girona, para más señas), bocadillos fríos y calientes, ensaladas y tapas con DO Barcelona. Todo con ese twist propio de quien cuenta con estrella Michelin en su curriculum, aunque con pocas pretensiones. Resulta imprescindible probar el ‘hot-dog català’, hecho con butifarra y que viaja por Perú, Nueva York, Méjico, Alemania, Japón y hasta Corea, por lo que cuenta con sabores distintos e ingredientes propios de cada país. También debes pedir la clásica sangría de cava. El precio del lugar es correcto y no se dispara más que el de cualquier chiringuito de la zona.

El interiorismo viene firmado por Sandra Tarruella, que ha añadido su sello personal a la estandarización de los chiringuitos de playa. Al color rojo, obligatorio en todos los bares de playa de Barcelona, le ha añadido otros tres colores: el naranja, el negro y el verde militar. Esta gama contrasta con la madera natural de las mesas y con el mimbre de las lámparas, que dan al espacio un aire acogedor. Además, el hecho de que hayan mesas comunitarias, los bancos con colchonetas a modo de lounge y el córner de cócteles y helados de fruta y germinados rompen con el estándar que tenemos preconcebido de lo que es un chiringuito.

No está de más saber que el lugar cuenta con servicio de hamacas y tumbonas, así que el tema puede alargarse horas y horas…