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Paula Benítez

La Sala Hiroshima, que abrió sus puertas en 2015 para dar cabida a la escena independiente contemporánea de la ciudad, está viendo peligrar su proyecto debido a la actual situación de crisis económica y sanitaria en la que nos encontramos sumidos. El equipo de cultura del Ayuntamiento de Barcelona se ha propuesto buscar una solución para evitar el cierre, previsto para diciembre de 2021. F: © Sala Hiroshima

Mientras se busca una solución para evitar el cierre, la Sala Hiroshima da comienzo a una temporada de transición con nuevas fórmulas

Si en los próximos meses no se encuentra una solución, las puertas de la Sala Hiroshima tendrán que cerrar de manera definitiva. Así es como lo han anunciado en un comunicado que, por desgracia, no nos sorprende. La actual crisis se está llevando por delante los proyectos culturales, especialmente los más pequeños e independientes que por lo general no cuentan con apoyo suficiente por parte de las instituciones.

El equipo de cultura del Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a trabajar de manera conjunta con Hiroshima para buscar una solución, y asegurar así la continuidad de este proyecto, aunque eso signifique introducir cambios en el espacio y/o el formato. Esta colaboración es clave para la estabilidad que necesita un proyecto de estas características. 

The National Body, de Pau Masaló. © Sala Hiroshima

Mientras tanto, la sala da comienzo a una temporada de transición en la que quiere seguir apostando por la creación con nuevas fórmulas, para dar continuidad a su labor de apoyo a la escena local emergente. Dos de las programaciones principales de este otoño son coproducciones, un formato con el que no solo dan visibilidad al artista, sino que los acompañan durante todo el proceso.

La primera es de Pau Masaló, que presenta su primera pieza en solitario llamada The National Body. En ésta, cuestiona la relación entre las identidades colectivas y nacionales y los individuos a través de los deportistas de élite. La sala, además, ha colaborado junto al Grec Festival de Barcelona para ofrecerle espacio y recursos en esta nueva etapa de su carrera. La segunda coproducción es Calle Sombra de David Espinosa, un espectáculo que homenajea el teatro y que forma parte del inicio de una nueva etapa de investigación del artista. 

Calle Sombra, de David Espinosa. © Sala Hiroshima

En apenas 6 años la Sala Hiroshima se ha convertido en todo un referente para la escena emergente local e internacional. La labor de apoyo que ejerce hacia el colectivo artístico y su cuidada programación cultural se han ganado la confianza del público de toda Barcelona. Deseamos de todo corazón que éste no sea el final, y que desde Good2b podamos seguir haciendo eco de los proyectos y propuestas de la sala por muchos, muchos años más.