Laetitia Sadier, Individualismo y sexualidad
Laetitia Sadier es uno de los grandes nombres del pop moderno. La cara más visible de una de las bandas más míticas del indie británico de todos los tiempos, Stereolab, lleva ya años rodando en solitario en lo que supone el proyecto más personal de su vida. En 2014 lanzó Something Shines, un cuarto trabajo que la consolida como una de las voces más personales del pop actual. Aprovechando su visita al festival Primera Persona, en el que ofreció un concierto al desnudo -eso es ella y su guitarra-, en Good2b la hemos entrevistado…
Nos hemos enterado de que, justo antes de hacer parada en Barcelona, has estado en Tarragona, mi ciudad natal. Si a eso les sumamos el hecho de que tu penúltimo álbum Silencio está inspirado en una iglesia de Zamora, podemos deducir que tienes cierta debilidad por las pequeñas capitales españolas. ¿Estos son los lugares que más te ayudan a componer? ¿O es el contraste de sitios pequeños al lado de una metrópoli como Londres?
Zamora me inspiró a nivel artístico por sus 23 iglesias y su resonancia
De hecho, la idea de ir a Tarragona fue de mi novio. Durante mucho tiempo he tenido el sueño de tener una masía en la montaña en algún lugar de España, aunque el requisito era que estuviera cerca de la playa. El año pasado David me dijo que era un buen momento para comprar. Ya conocemos Castellón porque mi bajista y mi booker viven ahí, pero pensamos que queríamos buscar en algún lugar algo más al norte y cerca de Barcelona y así es como dimos con Tarragona. Y es una ciudad que se acerca mucho al ideal de mi sueño. Me gustaría tener ahí una casa e intentar hacer algo en la escena cultural de la ciudad. De hecho, cuando fuimos a Zamora de gira, tocamos en un club llamado Berlin que pertenecía a un chico llamado Boris que, aparentemente, llevaba toda la movida cultural de la ciudad. En cierto modo, él es el que me inspiró. Esto fue en 2009 y sigo buscando esa masía. Ya veremos qué pasa. A nivel artístico, lo que me inspiró de Zamora fueron sus 23 iglesias. Desde pequeña siempre he sido una persona agnóstica y sólo hace unos años empecé a encontrar cierto gusto a dichas iglesias. Supongo que se debe a que he estado trabajando mucho en la espiritualidad, un concepto del que la religión ha cogido muchas cosas pero que no tiene porqué estar estrictamente ligado a ella.
¿Y cómo se consiguen separar espiritualidad y religión?
Tomé la espiritualidad como lo que soy, un ser humano libre. Pude volver a las iglesias porque es un lugar donde conectar con el silencio, con una resonancia increíble. Vivo en una ciudad muy ruidosa y encontrar este tipo de lugares es un auténtico tesoro. El silencio es un bien cada vez más escaso y preciado. Para mí lo de Zamora fue una experiencia espiritual de conexión conmigo misma y, a la vez, algo muy político.
De hecho, en el concierto del Primera Persona demostraste ser una persona muy activa en términos de política…
Para mí la política es algo muy amplio. No es sólo elegir a un presidente que te represente cada cinco años. Es también escoger qué compras cada semana en el supermercado, lo que dices y cómo lo haces. En el mundo en el que vivimos, la sociedad te informa y yo le doy forma a través de mi feedback. Es un ciclo natural que se retroalimenta. Y es justo aquí donde la política de hoy en día actúa erróneamente bajo mi punto de vista, puesto que intenta cortar este ciclo porque no deja que los ciudadanos interactuen con la sociedad.
Stereolab ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pero por otro lado la atmósfera de la banda no era buena
Sigamos con tu aparición en el festival Primera Persona, que realza la actuación del ‘yo’ en los ámbitos de la música y la literatura. ¿Cómo crees que encaja Laetitia Sadier en esta interpretación? ¿Se debe al despegue de tu carrera en solitario tras la disolución de Stereolab?
Por supuesto. Con Stereolab pasamos 18 años haciendo música. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pero por otro lado la atmósfera de la banda no era buena. Tras la muerte de Mary nos unimos un poco más, pero eso te hace reflexionar sobre cómo de triste es el hecho de que deba suceder una tragedia para que las cosas vayan mejor. Para mí estar en Stereolab fue bastante frustrante. Hablando claro: la chica es siempre la que se lleva toda la mierda. Tim siempre ha estado en su propia burbuja y nunca me sentí libre de expresarme como quería. Hace poco estuve mirando conciertos y, aunque musicalmente son fantásticos, no había conexión con el público. Por fin empiezo a sentir esta conexión haciendo lo que quiero ahora.
¿Entonces no fantaseas nunca con que Stereolab vuelva?
Me encantaría escribir otro álbum con Tim and ver cómo hemos crecido ambos, sería un buen experimento.
La energía sexual es muy importante y es la fuerza de la vida
En el Primera Persona encabezabas una sesión que empezaba con Todd McEwan hablando de Porno, pero no te vemos precisamente una persona muy pornográfica…
No me gusta censurar la sexualidad. La energía sexual es muy importante y es la fuerza de la vida. En el escenario es muy importante que esté muy presente para que el concierto funcione, por ejemplo. Lo que no me atrae nada es la pornografía, me deja muy indiferente, porque no involucra el corazón y el alma, tal y como hace la sexualidad.
Tus hotspots favoritos son…
En Brixton, donde vivo, me encantan la piscina y el mercado, paso muchas horas ahí. Me parece además un lugar muy interesante, hasta hace poco solo vivían jamaicanos y gente pobre. Cada vez más, gente de clase media que busca un alojamiento barato ha estado tomando el barrio y ambos lados han tenido que aprender a convivir. Además, muchos de los africanos que viven ahí están escapando de la guerra, con lo cual tienen un pasado difícil. A ver cuánto dura esta situación de convivencia, esperemos que mucho.
Prohibirías…
La censura.
Nunca pensabas que terminarías…
Pensando que la reelección de David Cameron era lo mejor que podría haber pasado. Como mínimo todo va a seguir estable, aunque no me guste lo que piensa.
Para ti es Good2b…
Estar en España ahora mismo.
Photos © Cecilia Díaz Betz