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«Puedes hacer fotos a Kafka. A él le gustan las fotos, pero a Joyce y a Hegel ni te acerques. Hegel se pone…», contesta Clea, señalando las estanterías cuando le pido permiso para sacar la cámara de la bolsa. La Fugitiva, librería-cafetería a tres pasos de los Cines Doré de Santa Isabel, abrió sus puertas en 2011 aunque parezca que llevara abierta desde finales de los sesenta y uno la recuerde en blanco y negro una vez haya salido por la puerta.

Conserva este local esquinero con enormes cristaleras un encanto retro, un aire nostálgico y una auténtica bohemia tan poco forzada, tan difícil de encontrar y que remite a esas librerías que ya sólo existen en el cine. De hecho, el director Jonás Trueba grabó escenas de la película Los ilusos en su interior. «Sí, rodaron aquí. Es muy conocida por los del cine y el teatro. También viene mucha gente a leer, a escribir, a trabajar. Si os fijáis, no hay música. En Madrid no hay muchos espacios así, creo que El Comercial y poco más, ¿no? Además, abrimos todos los días y cerramos a las doce de la noche». Clea, menuda y perspicaz, cuenta que el fundador es Santiago Palacios, un librero de siempre que convirtió el café anterior en La Fugitiva. La encargada apunta que el nombre viene del título del sexto tomo de En busca del tiempo perdido, de Proust. «Nuestros géneros son novela, ensayo, poesía, teatro, cine, música, arte, infantil y los clásicos ingleses. El catálogo es bastante selecto, apostamos por las editoriales independientes. Vamos, que no vas a encontrar un libro de Belén Esteban, somos más de Italo Calvino». Cuando Clea, una enciclopedia humana de literatura dice «Belén Esteban», transcribo el nombre en mi libreta junto al de Calvino con severas dudas de haber escuchado bien. Levanto la mirada y por su sonrisa confirmo que no me he equivocado: las libreras intelectuales también hacen humor popular.

Un aire nostálgico y estimulante se respira en este café-librería, que es como aquellos que ya sólo existen el cine y hasta se recuerda en blanco y negro

Entre las actividades que organizan en La Fugitiva (y que forman parte de este viaje bicolor a la Nouvelle Vague) están dos clubes de lectura en castellano (ahora en marcha ‘Mitología y Literatura’ y ‘Vidas leídas’), otro en inglés, presentaciones de libros los jueves, proyecciones de cine, conciertos, campeonatos de ajedrez -algunos domingos- y ‘La noche del poeta muerto’ una vez al mes y hasta la medianoche. «Se decide que dos poetas muertos se enfrentan. Antes de venir, te declaras de un bando o de otro y te puedes preparar un poema. Se hacen los equipos y yo voy mediando. Entonces, por turnos, un bando lee un poema de su poeta y los contrarios le contestan con otro poema de su autor. La última batalla fue entre Emily Dickinson y Silvia Plath. Ganó Silvia.» ¿Y cómo se vota?, pregunté. «Entre todos. Tenemos que ser neutrales. La próxima es Safo contra Alejandra Pizarnik».

Clea y yo terminamos delante de un libro del polaco Witkiewicz, pintor, escritor, novelista y dramaturgo «que además tenía una taller de retratos dónde él pintaba bajo los efectos de la droga que eligiera el modelo en cuestión y luego lo titulaba, por ejemplo, Carlos según el peyote». Completamente embelesado por cada dato adicional que suelta Clea sin esfuerzo, recuerdo que he venido a hacer una reseña y le pregunto por la cafetería. «Tenemos café, muchos tipos de tés y tartas veganas con nombres de autores. La más famosa es la Dostoievski, de chocolate negro en honor a Noches blancas, también tenemos a veces a Chejov, con cerezas, o una de nueces que se llama Joyce porque es más difícil de comer. O sea, que lo más normal es escuchar cosas como «¡ponme un té y un Dostoievski!». Y tras unas cuantas anécdotas exprés (cómo a Rilke un pinchazo producido por una rosa le llevó a una leucemia no curada por su propia voluntad, por ejemplo), me despido de la encantadora Clea, no sin antes comprar el libro de Witkiewicz, claro, «porque si quieres saber de teatro, es crucial». Cual es mi sorpresa cuando, al llegar a casa y descargar las fotos para incluir en el artículo, no reconozco del todo el lugar, y eso que ha pasado solo hora y media.

Será el color.

 

 

 

 

 

Detalles




  • Dirección: Calle de Santa Isabel, 7, 28012 Madrid
  • Horario: L-S 10:00 - 0:00 D 11:00 - 0:00
  • Teléfono: (+34) 914 68 24 53
  • Tipo: Espacio multidisciplinar
  • Web: http://www.lafugitiva.es