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Bru Romero

¿A quién no le gusta cumplir años? Seguramente muchos se llevarán las manos a la cabeza cuando tienen que hacer frente a esta recurrente pregunta pero habrá otros tantos que disfruten como niños de ganar años de experiencia y madurar como el mejor de los vinos. Algo que le ocurre al restaurante Laverónica. ¿Reservamos?

No cabe duda que Laverónica es uno de los puntos calientes del Barrio de las Letras. Será por algo…

25 años después de la apertura del restaurante La Vaca Verónica, el local procede a un lavado de cara y resurge cual ave del paraíso al nombre de Laverónica. Un establecimiento regentado por el chef Diego Manzanares que bajo las directrices de Mariana Gyalugi, dueña y señora del restaurante, plantea una propuesta tradicional con twist moderno y contemporáneo.

Un lugar de encuentro en el que no solo deleitarse con la gastronomía a degustar sino visualmente atractivo desde el punto de vista del interiorismo. Piezas originales de diseño del siglo XX y otras creadas exclusivamente para la ocasión bajo la supervisión de Jesús Regueira y  y el estudio NEUTRA.

Un marco más que idóneo para comenzar con la experiencia de degustar platos como su foie casero con mermelada de higos casera, salmón marinado en 8 horas con aguacate, pasta fresca con carabineros, ensaladilla rusa con atún y alcaparras, albóndigas de sepia con arroz, mollejas de ternera fileteadas, escabeche suave de pollo  con berenjenas, zanahorias y ensalada o su tarta Maruja o, lo que es lo mismo, tarta de chocolate negro o blanco con frambuesas como fin de fiesta con broche rotundo.

Un auténtico placer para la vista y gusto a partes iguales que permite que repitamos gracias a un servicio soberbio y una calidad de producto verdaderamente sublime. ¿Se puede pedir algo más? ¡Sí! Una próxima cita… a no más tardar.

 

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